En este Córdoba tan necesitado de puntos sólo vale el momento y el triunfo, sea donde sea y ante quien sea. Tanto vive el instante, que cuando se le preguntó a Sandoval por las numerosas bajas que tendrá el próximo viernes contestó así, que se centraba en disfrutar el momento y, más o menos, vino a decir que no es para tanto la lista de ausencias para el encuentro ante el Sevilla Atlético. Por los mensajes recibidos, bien parecía que el Córdoba había perdido en El Sadar, plaza de Primera para esta Segunda, lo cual dice mucho -por echar un vistazo positivo- del cambio de mentalidad no sólo en el Córdoba, sino en todo y todos los que le rodean.

El Córdoba tenía faena de puerta grande o enfermería, se decía en la previa. La calidad individual de Osasuna no se discute, al igual que los problemas que sufre en casa, tan sintomáticos que ya en el minuto 30 la afición rojilla empezó a pitar a su equipo porque le sonaba la musiquilla que desprendía el partido ante los blanquiverdes, que se habían adelantado en el marcador poco después del primer cuarto de hora.

Pero hay que poner en valor a este Córdoba. Sandoval metió una línea de tres centrales añadiendo a Jesús Valentín a la pareja Quintanilla-Aythami, convirtiendo en carrileros a Loureiro y Javi Galán. Podía pensarse que el acompañante de Edu Ramos iba a ser Álvaro Aguado -por múltiples motivos- pero el técnico blanqpuiverde alineó a Álex Vallejo. Por delante de ambos Juanjo Narváez y en punta, Sergi Guardiola apoyado por Sasa Jovanovic. Y le funcionó el cambio al conjunto blanquiverde. Tanto, que no hubo noticias de Osasuna durante el primer acto, salvo un pase picado de Borja Lasso a Kike Barja (min. 35) que fue demasiado para el canterano, por lo que se le apagó la luz ante Kieszek. El resto de esos primeros 45 minutos sirvió para comprobar la seriedad del Córdoba, sobre todo de mediocampo hacia atrás, con una pareja de centrales rozando el sobresaliente. El primer contratiempo le vino al Córdoba en forma de lesión: Álex Quintanilla se tuvo que retirar del campo con un problema en el aductor, aparentemente, por lo que Sandoval tuvo que insertar en su zona a Caro. El equipo lo notó, pero no tanto como para renunciar al triunfo.

La victoria se le escapó al conjunto blanquiverde, en realidad, en ese primer acto. A la media hora de partido Narváez desaprovechaba su primera llegada por las inmediaciones de Sergio Herrera. Sólo siete minutos después, de nuevo el colombiano tenía una opción inmejorable de conectar con dos compañeros dentro del área, pero la posibilidad real de gol se fue al limbo.

Y aún hubo otra, al filo del descanso, con un robo de Vallejo en la medular con pase a Sergi Guardiola, que dejó a Jovanovic solo ante el portero rojillo. El serbio recuerda a esos matadores que dibujan carteles de toros en más de un pase, pero a los que la espada sólo les sirve para torear de muleta. Jovanovic pinchó ante Sergio Herrera y el fallo sólo sirvió para que la pitada de El Sadar a Osasuna fuera aún más estruendosa. Pero el marcador continuaba apretado.

Por si no hubo suficiente, nada más salir de la caseta Narváez puso un balón a Guardiola que incomprensiblemente no supo empujar a portería el pichichi blanquiverde. En cualquier caso, el partido parecía no cambiar, pero sí. La entrada de Quique obligó al Córdoba a dibujar más claramente la línea de cinco atrás. Las alegrías de los carrileros se acabaron y Osasuna intentaba -eso sí, con poco éxito- tocar por dentro. Se intuía que habría una tendencia progresiva de los locales por empujar hacia atrás a los blanquiverdes, que debían aprovechar los huecos dejados atrás por los rojillos.

Pero antes de que todo esto pasara, Osasuna tuvo una virtud individual en la figura de Borja Lasso. Un saque de esquina en contra del Córdoba terminó con un rechace y una dejada de cabeza de Aridane al borde del área. El sevillano lanzó un disparo con la zurda (su pierna menos buena) que entró exactamente por la escuadra defendida por Pawel Kiesek, que poco pudo hacer.

El empate llegó, en cualquier caso, del acierto individual. O de la chispa, si se quiere. Mientras, el encuentro bajaba hacia aguas demasiado oscuras y profundas para los blanquiverdes ayudado, claramente, por las decisiones del árbitro De la Fuente Ramos, muy discutibles en el rasero disciplinario a aplicar a unos y a otros. Faltó picardía, en cualquier caso, entre los blanquiverdes a la hora de no caer en esa ley no escrita que parece existir de que en El Sadar algunos pueden jugar ese otro fútbol y hasta provocar, mientras que a otros no se les permite ni tan siquiera hablar.

Lo que sí era evidente es que por más que Diego Martínez intentaba meter gente arriba, Osasuna funcionaba cada vez peor y los nervios, en la última fase del encuentro, aparecieron. El Córdoba no encontró el camino a la portería de Sergio Herrera en la última media hora, mientras que Osasuna tenía el balón y no llegaba a inquietar a Kieszek.

De la Fuente se enfrascó en un recital de tarjetas del que salieron damnificados los cordobesistas, que pierden para el duelo del viernes a Guardiola, Loureiro, Stefanovic Aythami, expulsado este de manera casi cómica. Pero el empate y las bajas no borran lo realizado por el Córdoba en El Sadar, un campo del que estuvo más cerca de salir por la puerta grande que de abrir la enfermería, pero que al final tuvo que contentarse con recibir palmas desde el tercio.

Ficha técnica

1- Osasuna: Sergio Herrera, Lillo, Oier, Aridane, Javi Flaño (Quique, min. 46), Arzura, Fran Mérida, Borja Lasso (De las Cuevas, 83), David Rodríguez (Coris, min. 71), Xisco, Kike Barja.

1 - Córdoba: Kieszek, Loureiro, Álex Quintanilla (Caro, min. 29), Aythami, Jesús Valentín, Javi Galán, Edu Ramos, Álex Vallejo (Aguza, min. 74), Narváez, Jovanovic (Aguado, min. 62), Sergi Guardiola.

Goles: 0-1 (18') Javi Galán, tras aprovechar un pase atrás de Sergi Guardiola; 1-1 (57') Borja Lasso, de zurdazo desde la frontal que se cuela por la escuadra.

Árbitro: De la Fuente Ramos (castellano-leonés), amarillas a Fran Mérida, Lasso, Aridane y Xisco en dos ocasiones, por lo que fue expulsado (min. 92). También a Guardiola, Edu Ramos, Loureiro, Vallejo, Caro y Aythami (doble amarilla y roja en min. 89). Mostró roja a Stefanovic.

Campo: El Sadar. 14.045 espectadores.