Paco Alcácer, el capitán del Valencia, calla y espera al Barça. Calla en un silencio que ha irritado a amplios sectores del valencianismo, dolido al ver como su equipo no solo se descapitaliza deportivamente (la marcha de André Gomes al Camp Nou es el último ejemplo por mucho que su venta pueda dejar hasta 50 millones de euros) sino también emocionalmente. Alcácer, el símbolo de Mestalla, espera que el Barça, como ya sucedió con el centrocampista portugués, se salga con la suya y pueda acabar vistiendo de azulgrana. Luis Enrique, entretanto, confía en que la directiva le proporcione finalmente el cuarto delantero que reclama para dar descanso al tridente.

EL CELTA QUIERE A MUNIR / En ese caso, si se concreta el fichaje de Alcácer (la operación podría ascender a unos 30 millones de euros) quedaría abierta la puerta de salida para Munir. El joven delantero, de 20 años, maneja varias alternativas, pero siempre como cedido, entre ellas, por supuesto, el Valencia. Pero el Celta de Berizzo, donde Rafinha triunfó antes de volver a Barcelona, se postula como uno de los candidatos para llevarse a Munir. Si antes viene Alcácer. U otro delantero. El mercado agota su semana final y la foto definitiva de la plantilla del Barça todavía no está definida. Han llegado Denis Suárez, Umtiti, Digne y André Gomes. Pero a Luis Enrique le falta aún una pieza para rellenar la delantera.

CISMA EN MESTALLA / Alcácer, mientras, apurará hasta el último instante la posibilidad de fichar por el Barcelona. En el Valencia confluyen ahora mismo dos almas. Por un lado, está-la deportiva liderada por el entrenador Pako Ayestarán y el secretario técnico Suso García Pitarch, sometidos, además, a una gran presión tras la derrota en la jornada inaugural de la Liga ante Las Palmas. «La presidenta ha dicho que Alcácer no se vende», dijo el técnico tras caer en Mestalla. Pero el alma empresarial, pilotada por Peter Lim, el dueño del club, y Jorge Mendes, agente que supervisa todo desde fuera, creen que la operación es rentable: 30 millones por un jugador que cumplirá 23 años el próximo martes, justo un día antes de que se cierre el mercado.

ASUMIR EL ROL / En medio de ese tenso pulso que se libra en el Valencia, el silencio de Alcácer, uno de los jugadores más queridos por la afición, contiene un mensaje. Está dispuesto a asumir el rol de cuarto delantero que le pide Luis Enrique para ir al Camp Nou, quien, además, maneja otras opciones ya en la misma plantilla (Arda, como se ha visto en los primeros partidos, Denis o Rafinha). El Barça, por su parte, ha activado las conversaciones con el Sporting de Gijón para ceder al lateral brasileño Douglas, asumiendo prácticamente la totalidad de la ficha. El club ve necesaria la salida del defensa -solo fue titular en uno de los 62 partidos oficiales de la pasada temporada- para que tenga la continuidad que no tuvo de azulgrana.

TER STEGEN Y MASCHERANO, casi / A la espera de que llegue la pieza que falta -el cuarto delantero- y pendiente hasta de tres salidas (Douglas, quizá, al Sporting, Munir al Celta y Samper al Valencia o Granada), Luis Enrique ya prepara la segunda jornada de Liga con la visita a San Mamés. En el retorno a los entrenamientos, el técnico pudo contar con Ter Stegen y Mascherano. El meta alemán, con Bravo en Manchester y a la espera de Cillessen, debutará en Bilbao como nuevo número uno indiscutible después de superar el esguince en la rodilla que le impidió jugar la Supercopa y ante el Betis. Mascherano, ya repuesto de una elongación muscular, también trabajó con normalidad.

Y Rafinha, en su primer día tras volver de Brasil con el oro olímpico, no se entrenó con el equipo porque sufría un resfriado.