El Córdoba se ha olvidado de cómo se gana. Es un equipo que, por desgracia, está inmerso en esa dinámica perdedora en la que todo lo que haga o intente realizar termina de la misma manera: en derrota. Y, siendo grave lo dicho, existe otro aspecto aún peor: que aunque haga variaciones y cambios, muestre matices, introduzca nombres nuevos o intente aumentar la carga de emocionalidad, todo surte un efecto inicial positivo que va paulatinamente deshaciéndose, difuminándose, hasta desaparecer. Unas veces por méritos de los rivales, otras, por decisiones propias más que discutibles y en algunas ocasiones porque, simplemente, no le da. No le llega. Lo más frustrante de lo ocurrido en El Arcángel ante el Granada es que los locales hicieron más méritos que los de Oltra para que los nazaríes se llevaran la victoria. Tenían el triunfo en la mano y una combinación de decisiones les hizo desaparecer por completo en la última media hora del encuentro. Si hace una semana decíamos que Kieszek encajaba hasta los penaltis que paraba, ante un Granada que retiró a su mejor hombre (Machís) para dar entrada a un carrilero (Quini), con el consiguiente mensaje, el Córdoba no fue capaz ni de sumar ese punto que le daba el marcador en ese momento y que parecía que pactaba, implícitamente, el adversario.

El encuentro ante los nazaríes hay que analizarlo en dos partes: hasta el minuto 60, una, y la última media hora, otra. Sandoval había dispuesto en su estreno una defensa cubierta por delante con Jesús Valentín, que actuó como una especie de líbero a la antigua usanza. Es decir, en fase ofensiva, el equipo dibujaba un 1-4-1-3-2, mientras que en fase defensiva se incrustaba en la zaga para reforzarla, sobre todo en los centros aéreos. El de Humanes intentaba encubrir las debilidades de este Córdoba: un lateral izquierdo que no lo es, un interior izquierdo que tampoco lo es y, ante la inocencia defensiva, cantidad. Le funcionó durante esa primera hora, sobre todo por el sistema de ayudas, y a pesar de que en ataque el conjunto blanquiverde aparecía lo justo. El mensaje estaba claro: mayor seriedad defensiva y tirar la caña esperando a ver si picaba algo.

Y picó: una preciosa combinación entre Sergi Guardiola y Alfaro, dentro del área, terminó con un disparo del onubense que ponía el marcador en franquía. Le había salido perfecta la jugada al Córdoba. El Granada, salvo alguna aparición de Pedro, no inquietó en exceso y, lo mejor, Machís no tocó balón. En la única ocasión en la que se le vio en ese primer acto fue por un resbalón de Fernández, que le dejó libre para lanzar un centro que finalizó en saque de esquina. Por su parte, además del gol, el Córdoba había tenido un par de llegadas con Jovanovic (min. 22), la más clara quedándose solo ante Javi Varas (min. 27). El saldo de ese primer acto no pudo ser más productivo para Sandoval, a pesar de perder una pieza que debía ser importante, Narváez, por un golpe en el sacro que parece que no le impedirá estar la próxima semana ante el Valladolid.

La segunda ocasión en la que apareció Machís fue en el minuto 52, en un centro que atrapó sin problemas Kieszek. Pero ese segundo acto lo comenzó con mejor tono el conjunto blanquiverde. Un centro al segundo palo de Javi Galán era rematado de volea por Fernández, que obligó a Javi Varas a emplearse a fondo cuando la grada ya cantaba el gol.

¿Se vino arriba el nuevo técnico? ¿Tan agotado estaba Edu Ramos? ¿Volvió a cometer el error que otros reiteraron en semanas anteriores de no incluir en la convocatoria una alternativa al medio posicional? El caso es que el Córdoba empezó a perder el encuentro con la salida del malagueño, por el que entró un Quim Araújo que nunca se vio en ese papel. A partir de ahí, el Granada comprobó que sus opciones tomaban visos de realidad, ya que sus individualidades (su única fuerza) empezaron a aparecer. Sobre todo, Machís. Fernández tuvo muchas dificultades para detenerle, pero a partir de la mutación blanquiverde comprobó el venezolano que tenía salida por dentro, algo vedado hasta el minuto 60. Además, la zaga comenzó a tener dudas y nervios, especialmente Caro. Con todo, Guardiola pudo anotar el segundo en el minuto 67 en una acción individual, pero Javi Varas volvió a tener una intervención meritoria.

A la cuarta intentona, Machís encontró el gol. Desde la raya del lateral hacia dentro nadie supo pararle y, una vez en la corona del área, lanzó un disparo imparable para Kieszek.

Quedaban sólo nueve minutos, pero el Granada había avisado suficientemente y el Córdoba volvía a dar muestras de que el físico no le da para 90 minutos. Quizás ni para 70. Pero emocionalmente tampoco anda el conjunto blanquiverde para tirar cohetes, lógicamente. Esos últimos nueve minutos fueron un despropósito, un desorden absoluto y un echarse hacia adelante sin saber muy bien para qué ni cómo, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los que estaban sobre el nuevo césped tendrían ya hasta nublada la vista, porque las piernas hacía mucho que no respondían.

Y, como ante el Barcelona B, llegó el mazazo en los últimos instantes. Un contragolpe que nadie sabe como detener ni en su inicio ni en su transición, desbandada general y desorden escandaloso para que Kunde, completamente solo y llegando desde la segunda línea, fusilase a Kieszek.

Otro duro golpe para este Córdoba que tiene la salvación a cuatro partidos y al que se le acumulan más y más interrogantes. Ya no es si logrará recuperarse de sus graves problemas físicos o de sus desequilibrios en distintos puestos. La duda que ronda ahora es si le dará tiempo.

Ficha técnica:

Córdoba: Kieszek; Fernández, Aythami, Caro, Javi Galán; Edu Ramos (Quim Araujo, mi. 59), Valentín, Sergio Aguza (Reyes, min. 86) Jovanovic, Narváez (Alfaro, min. 9); Sergi Guardiola.

Granada: Javi Varas; Víctor Díaz, Chico Flores, Saunier, Alex Martínez (Sergio Peña, min. 73); Kunde, Alberto Martín, Pedro (Agra, min. 46), Machís (Quini, min. 86); Joselu y Adrián Ramos.

Goles: 1-0, min. 46: Alfaro; 1-1, min. 83: Machís; 1-2, min. 88: Kunde.

Árbitro: Oliver De la Fuente Ramos (Comité Castellanoleonés), que amonestó al local Jovanovic, así como a los visitantes Joselu, Adrián Ramos y Chico Flores.

Incidencias: Partido de la vigésimo séptima jornada de Segunda División, disputado en El Arcángel ante 16.873 espectadores, con unos 600 llegados desde Granada.