Hay quien aprovecha el mínimo pretexto para saldar cuentas y aquí las únicas que importan, a día de hoy, son las de la tabla de Segunda A: Córdoba líder y poniendo distancia. Lo demás es chau-chau. A mí, sinceramente, me da igual cuándo, cómo y en qué pose se llevó a cabo la firma del contrato de ampliación de José Luis Oltra que contamos el viernes. Disculpen por entender como decisivo el acto simbólico de la firma, pero ni ésta garantiza su obligado cumplimiento. Que pregunten a otros antes. La noticia, entonces, fue que el club premió con la tranquilidad, a día de hoy, de un bonus de un año más al principal artífice de que la estabilidad y los buenos resultados protagonicen el día a día del Córdoba y no otras cuestiones que están cociendo a fuego lento. Ese es el verdadero mérito del entrenador del equipo, entregado al proyecto, que convence día a día, partido a partido, al cordobesismo. Al leal, al irredento y al insurgente. Algo que con mejores resultados, a día de hoy, no consigue el dueño.