Es cierto que en esta temporada ha habido en los entrenamientos del Córdoba algunos rifirrafes. Aquel de Florin con Stankevicius en el que Oltra se mostró bastante duro con el lituano; uno de Razak con Xisco que no llegó a mayores, o el del balear con Bijimine que sí que llegó. El miércoles se vivió otro momento de tensión, con el entrenador como protagonista junto a Florin Andone y, cuando parecía que la cosa podía calmarse con la cercanía del encuentro, ayer se vivió otro instante de nervios. Con toda la plantilla sobre el verde sin excepción, Oltra organizó un partido a lo largo del campo y en un momento del mismo Sasa Markovic giró con el balón. Oltra saltó como un resorte y corrió los 10 metros que le separaban del serbio al grito de "¡de cara! ¡He dicho de cara hace sólo un momento allí!", al tiempo que agarraba del brazo al centrocampista que, aguantando el chaparrón, tiró de su brazo para librarse del agarrón de su técnico.

Se le ve serio al entrenador blanquiverde desde hace bastantes semanas, lejos ya aquellas jornadas de mañanas relajadas con bromas, incluso. Ayer volvió a repetirse la imagen de caras serias en la mayoría de los jugadores y, por supuesto, en la suya.

CHARLA CON FLORIN Al finalizar la sesión, el valenciano quiso dialogar durante unos minutos con Florin Andone y la sensación entre los presentes, por los gestos y por los minutos que duró la charla, es que hablaban de la discusión de la jornada anterior, en la que Oltra llegó a sugerir al rumano que se marchara al estadio.

No parecieron convencer al máximo goleador del Córdoba las explicaciones de su entrenador ni tampoco a éste los argumentos del futbolista, por lo que el debate, al menos en apariencia, quedó en tablas.

HABLA STANKEVICIUS Tras la sesión habló en sala de prensa Marius Stankevicius, que tiró de experiencia para valorar la tensión que se está viviendo esta semana por la final que ha de jugar el equipo en Oviedo. "Cada persona tiene su carácter. Estamos en un grupo fenomenal, no tengo ninguna duda de nadie. Cuando entramos dentro, nadie tiene una mala palabra para el otro. Somos un grupo de amigos, de trabajadores; una familia", insistió el defensa, que recalcó que está "contento porque es un valor del equipo, pero queremos que vaya a más. Cada uno tiene que entender dónde están los límites", argumentó a modo de advertencia.

Stankevicius se mostró de acuerdo en que lo del Tartiere es "una final", recalcó la importancia de mantener la portería a cero y quitó hierro a las amonestaciones, que lastran la continuidad del equipo de Oltra. "Las tarjetas son parte del fútbol. No se puede medir ni mal ni bien. No somos los que decidimos, pero a mí no me gusta comentar el trabajo de los árbitros".