Había acudido, junto a su amigo Niki Lauda durante el fin de semana a la Hanekam, la gran fiesta del esquí austriaco, el vertiginoso descenso de esquí alpino en la estación de Kitzbuhel. Y hoy lunes le llamaron para despedirle de la que ha sido su tarea y su pasión durante los últimos 40 años: dirigir los designios de la F-1, la disciplina que él hizo grande, cuando estaba a punto de desaparecer a comienzos de los 70. A sus 86 años, Bernie Ecclestone quería seguir, pero los nuevos accionistas mayoritarios del negocio, Liberty Media, le han apartado de la gestión con un puesto de presidente honorífico, eso si, han esperado a que la Federación Internacional de Automovilismo, la FIA, diera el visto bueno a la compra, la semana pasada, con la ayuda del propio Bernie.

CHASE CAREY, EL NUEVO JEFE

"Fui depuesto hoy", dijo a la revista alemana Auto Motor und Sport. "Simplemente me he ido. Es oficial. Ya no soy el líder de la empresa. Mi puesto ha sido tomado por Chase Carey”, manifestó Mister E. "Mi nueva posición es uno de esos términos americanos. Es algo así como un presidente honorario. Tengo este título ahora, aunque no sé lo que significa", agregó Ecclestone quien convirtió la Fórmula 1 en un negocio multimillonario con más de 450 millones de espectadores anuales.

Preguntado sobre su futuro, dijo: "Mis días en la oficina serán cada vez más tranquilos ahora. Tal vez voy a asistir a un gran premio en algún momento en el futuro. Todavía tengo muchos amigos en la F-1, y todavía tengo suficiente dinero para poder asistir a una carrera”, dijo con ironía unas de las principales fortunas de Gran Bretaña y que aún mantien el 18% de las acciones de la empresa que maneja la F-1.

Al parecer, Donald McKenzie, jefe de los antiguos accionistas mayoritarios de la F1 (CVC), estaba interesado en mantener a Ecclestone en un papel más del día a día por tema prácticos. Sin embargo, esa posibilidad fue rechazada por Liberty Media, la empresa que está a punto de cerrar la adquisición de la F1.

REAPARICIÓN DE ROSS BRAWN

Chase Carey, el hombre fuerte ahora de de la F-1, que ahora está en manos de Liberty Media, anunciará en breve un nuevo organigrama en el que Ross Brawn, antiguo dueño de Brawn GP e ingeniero que trabajó en los éxitos de Benetton, Ferrari y Mercedes, así como en Honda, pasaría a tomar un papel fundamental en el aspecto deportivo de la categoría.

Nadie como él ha buscado lagunas en la reglamentación para ganar dos títulos con Benetton, cinco con Ferrari, uno con Brawn GP, y poner las bases del éxito actual de Mercedes. Otra de las personas que llegaría al grupo directivo de la Fórmula 1 sería Sean Bratches, quien ha sido vicepresidente ejecutivo de ventas y director de mercadotecnia de ESPN.