El Córdoba continuó ayer con el trabajo semanal con vistas al vital encuentro que disputará el próximo viernes en El Arcángel, en donde recibirá a uno de los cocos de la categoría, el Osasuna de Xisco Jiménez.

La plantilla se ejercitó sobre el campo pequeño de la ciudad deportiva, que continúa estando en un estado más que preocupante, aunque a lo largo de la semana se prevé que el equipo vuelva a entrenarse en el campo grande, una vez que se han terminado los trabajos de resiembra en él, al igual que ocurrió con el césped de El Arcángel.

La nota destacada de la mañana fue la presencia de Josema con el grupo. El joven central blanquiverde se ejercitó sin problemas y aunque aún padece unas leves molestias, en el club se confía que pueda estar disponible para el encuentro del próximo viernes. Por lo tanto, Juan Merino tendría las bajas de los dos ocupantes de la enfermería: Sasa Jovanovic y José Antonio Caro, a los que aún les quedan varias semanas. Por otra parte, otro de los inconvenientes para los próximos encuentros se centra en las cuatro amarillas que lleva Sergi Guardiola, por lo que una amonestación ante los rojillos provocaría su baja, sensible, para el duelo en el Viejo Nervión ante el Sevilla Atlético. Por la tarde, la plantilla blanquiverde volvió al trabajo, algo que ya viene siendo habitual desde la llegada de Juan Merino, tanto por la mejora física como por la del conocimiento de su plantel y el trabajo táctico necesario para salir del descenso.

200 PARTIDOS DE OIER / Por otra parte, el capitán de Osasuna, Oier Sanjurjo, que en el encuentro disputado el pasado domingo ante el Granada en El Sadar cumplió 200 partidos defendiendo la elástica rojilla en el primer equipo, valoró ayer que ha tenido la suerte de «haber vivido de todo un poco» como jugador.

Tras el entrenamiento del conjunto pamplonica en las instalaciones de Tajonar, Oier consideró que, cuando comenzó su carrera, alcanzar esa cifra, era «totalmente impensable».

«Me siento muy orgulloso y contento porque son cifras que no son fáciles de conseguir», subrayó Sanjurjo, para añadir que, en la actualidad, «es difícil mantenerte en un equipo mucho tiempo».

El navarro destacó que, en la época en la que debutó con el primer equipo, en 2007, «no eran momentos fáciles porque había unas plantillas muy competitivas» y, por tanto, tuvo que salir cedido al Celta en la campaña 2011/12.

A lo largo de su trayectoria, destacó como momentos «súper especiales», el ascenso a Primera División de la mano del entonces técnico rojillo, Enrique Martín, en la campaña 2015/16, y otros más «dolorosos» como el descenso a Segunda División en la pasada temporada.

Sobre el próximo rival, el Córdoba, restó importancia al hecho de que sea el equipo más goleado de la categoría y, por ello, advirtió de que «cada partido es difícil, se está demostrando».