Un año y medio después de su marcha al fútbol tailandés, Xisco Jiménez regresa a El Arcángel, su casa durante cuatro temporadas. Aunque en esta ocasión lo hace con la camiseta de Osasuna, el excapitán blanquiverde aguarda este partido con el cosquilleo de volver a un lugar donde todavía se recuerda su legado.

--Regresa a El Arcángel, ¿cómo está viviendo esta semana en la que vuelve a un lugar especial?

--La verdad que con ganas. No solo esta semana, el día que sale el calendario y ves que el fin de semana del 12 de noviembre hay partido en El Arcángel pues es una fecha que tienes guardada por todo lo que representa para mí. Es un partido especial, con mucho sentimiento por todo lo que he vivido, los amigos que tengo allí; por todo; así que es normal después de haber defendido la blanquiverde, de haber llevado el brazalete tantas temporadas. Un partido muy diferente para mí.

--Muchos recuerdos vividos allí y, como diría el himno del Córdoba, para bien o para mal.

--Exacto. Como sabéis ha habido de todo. Hubo momentos en los que he estado muy bien, otros peor, pero al final siempre gana lo bueno y los buenos momentos que he pasado superan de largo los cuatro bachecitos que he tenido en el camino. He vivido un momento increíble, histórico que fue volver a tocar el cielo en Las Tendillas y solo tengo buenas palabras hacia el Córdoba, el cordobesismo y a tanta gente que le tengo tantísimo cariño por allí y que sé que me lo tienen a mí.

Xisco Jiménez, en el día de su presentación como jugador del Córdoba en el 2012/13.

--Durante los 90 minutos, todo eso queda al margen.

--Todos somos profesionales. Te pongo un ejemplo con Pinillos. No sé si jugará o no. Somos amigos, hemos sido compañeros y si me tiene que levantar o dar en el minuto 1, lo va a hacer porque la profesión va por dentro y cada uno defiende un escudo, en este caso, y está claro que le deseo lo mejor al Córdoba y me duele verlo en la situación que está pero bueno; yo también tengo unos intereses personales y colectivos que quiero cumplir. Después de mi partido y antes, le deseo lo mejor al Córdoba porque no me gusta ni a nadie del cordobesismo verlo en esa situación.

--¿Qué ambiente se respiraba en el club durante la temporada 2013/14, antes de consumarse el histórico ascenso a Primera?

--Creo que lo más importante fue que pese a los malos resultados y la situación en la que estábamos, seguramente de fuera nadie creería que jamás lograríamos lo que habíamos conseguido. Pese a eso, lo más importante fue que el grupo se mantuvo unido y creyendo que podíamos dar mucho más. Entonces yo creo que esa fue la base y por eso luego lo conseguimos. Es más, yo creo que si en ese momento nos preguntan si vamos a ascender, más de uno se lo hace de mirar. Pero en el fondo, no decíamos si lo vamos a conseguir, pero pensábamos que lo vamos a intentar y si había una mínima posibilidad, lo vamos a exprimir al máximo. Y al final se fueron dando los resultados, se fue dando todo, nos metimos en play-off y al final pasó lo que pasó. Pero bueno, creo que lo más importante fue que el grupo, pese a las piedras que hay en el camino, creyó que se puede sacar una situación adversa hacia adelante.

--En esos bachecitos coincidían delicados momentos extradeportivos con periodos en los que no entraba la pelota.

--Bueno, al final me quedo con todo lo positivo de Córdoba, eso es lo más importante. Toda la gente que tengo allí, pues llevo esta semana que el teléfono me echa humo hablando con amigos, excompañeros. Ahora mismo antes de hablar con vosotros me estaba llamando Sasa Markovic, es especial. He hablado con Carlos Caballero esta mañana, también con utilleros, cuerpo técnico, excompañeros y la verdad que es especial por todo lo vivido. La verdad que te alegra y es especial hablar con gente a la que quieres tanto, con la que has conseguido cosas tan bonitas, momentos muy buenos. Lo malo se queda atrás, hay que seguir adelante, quedarte con las cosas buenas y aprender de las malas.

Xisco Jiménez, en la ida de la primera eliminatoria del 'play-off' ante el Murcia en la 2013/14.

--Fue una parte importante aquella temporada. Pero bajo las órdenes de Albert Ferrer estuvo más tiempo en el banquillo. ¿Se lo esperaba?

--Bueno, los cambios de entrenadores nunca se sabe lo que conlleva porque normalmente, siempre hacen cambios, pruebas cosas nuevas y en su momento sí que es verdad que me sorprendió. Era el máximo goleador del equipo, estaba en un buen momento. Pero bueno me tocó esperar la oportunidad en el banquillo. Le dieron más confianza a Arturo, olé por él también en su momento estaba jugando menos minutos de los que se merecía, entrenaba muy bien. Tengo una relación fenomenal con él y la verdad que me alegraba que le llegara su momento. Aunque uno en su plano personal, siempre espera jugar, aportar y de golpe mi papel pasó a ser más secundario. Yo seguía a lo mío. Recuerdo en Girona que era el segundo partido que salía del banquillo, marqué el gol de la victoria y seguía aportando lo que podía. Al final lo más importante que fue eso lo que me quedo y aquello lo tengo casi olvidado. Es decir, lo recuerdo pero no lo tengo tan presente como aquellos momentos en los que estuvimos en play-off y conseguimos un ascenso histórico después de 42 años que no se conseguía. Al final esos pequeños baches son secundarios y te quedas con todos los demás.

--Ahora mismo, el Córdoba vive una situación paralela a la aquel Córdoba que estaba en Primera. ¿Qué ambiente se respiraba en aquel momento?

--Es verdad que los caminos y los puntos son similares. Son caminos de las dos temporadas, pero pienso que no tienen nada que ver una con la otra. Pienso que los jugadores eran totalmente diferentes, había otro ambiente. Comparar es muy complicado, primero porque era otra categoría más complicada como la Primera División. Y luego, los perfiles de los jugadores que había son diferentes con los que hay ahora. Yo pienso que el hecho de verte ahí abajo genera angustia, y creo que esa angustia viene generada porque no están acostumbrados a verse ahí abajo y por presupuesto y por todo; la gente no está acostumbrada a verte en esa situación. Pienso que el Córdoba puede estar más arriba y creo que al final de temporada, no van a estar situación y espero que no sea así.

--¿Comenzó ese año regular desde el principio?

--Está claro que cuando llevas una racha negativa y en el campo no demuestra nada, está sin alma, sin espíritu y no compite como debería y una semana tras otra y ves que no ha cambiado nada, pues no es sólo una cosa, sino que son varias y un conjunto de ellas. Y no solo un conjunto de cosas buenas porque al final la imagen del equipo hubiese sido mejor. Pero eso ya queda atrás y ahora mismo le interesa al Córdoba es cambiar esta situación e intentar salir de esa zona peligrosa y estar más tranquilos.

El delantero balear Xisco, en el partido disputado ante el Málaga en Primera durante la 2014/15.

--En la segunda parte de la 2014/15 de aquella temporada se marchó a Mallorca y regresó al término de la misma. ¿Notó un cambio tras regresar de su tierra?

--Sí, un cambio muy grande además. Es verdad que el año de Primera había muchos jugadores cedidos, otros nuevos y eso te puede salir bien o mal, como el caso del Córdoba. Yo me marché precisamente porque no estaba gozando de minutos, porque no tenía la confianza del entrenador, veía cosas raras que no cambiaban y nadie decía nada. Y al final una cosa llevó a la otra, te lleva comportamientos que si hubiesen sucedido en un entorno normal no habrían pasado y al final lo que busqué era irme a mi tierra, a Mallorca. Eso sí que lo tenía claro, me quería ir simplemente a Mallorca para estar cerca de mi gente, mi familia estaba allí y la verdad que fueron seis meses que a nivel personal y deportivo me fue muy bien. Me sirvieron para madurar un poquito más, seguir mejorando y jugar que era lo que necesitaba. Al final de temporada cuando tenía que volver lo hice con las ideas renovadas, porque también veía que el proyecto con Oltra era diferente, había otro ambiente distinto al que dejé antes de ir a Mallorca y era un sitio donde me encontraba agusto y me sentía importante. Al final eso es lo que uno quiere, sentirse importante, respetado no solo por tus compañeros, cuerpo técnico, gente que rodea el día a día. Al final me sintieron sentir ese cariño, esa confianza y al final cuando eso ocurre, tu rendimiento es mejor siempre. De hecho, me tocó jugar en una posición que no lo había hecho nunca, de enganche detrás de Florin y bueno, intenté adaptarme de la mejor manera posible y ayudar al equipo en todo lo que hiciera falta.

--Ha mencionado que en el año de Primera pasaron cosas raras, ¿a qué se refiere?

--De todo, pero sobre todo lo principal era que no estaba jugando. No tenía la confianza del entrenador y al final esto es fútbol. Si no estás jugando y tienes la oportunidad de irte a otro sitio, que confían en ti a muerte y vas a gozar de minutos y encima era en mi tierra, el equipo que mostró más interés, más entusiasmo para que me fuera allí, pues lo hice directamente. No me arrepiento porque luego volví a Córdoba mucho mejor, hicimos un equipo competitivo, volvimos a jugar los play-off, aunque nos quedamos fuera de aquella manera pero tengo un recuerdo muy bueno de aquel año. Peleamos hasta el final, pero en Girona no pudo ser. Vamos, ese año a todos los niveles se quedó muy contenta del rendimiento del equipo.

--De hecho, marcó todos los goles del Córdoba en aquel entre ellos su último tanto con la blanquiverde en Montilivi.

--Exactamente, pero lo hubiera cambiado por que los marcase otro y hubiésemos pasado. Es la espinita con la que te quedas, después de marcar tres goles en una eliminatoria de play-off, tan importante y al final te quedas fuera. Pero así es el fútbol y ese año no estaba escrito para nosotros y tocó quedarse fuera.

Xisco se despide de los aficionados cordobesistas en la estación Renfe antes de partir hacia Girona en el 'play-off' de la 2015/16.

--¿Cómo afrontó la despedida?

--Ese fue el sabor amargo que tengo con la gente de Córdoba, que no despedí como me hubiera gustado. Me hubiera gustado despedirme en el campo, en El Arcángel. Se me quedó esa espinita porque el público siempre me apoyó, sentí el cariño de la gente, de la afición en todo momento y me hubiese gustado decir adiós a El Arcángel en el campo, que ese momento hubiese sido lo perfecto para mí. Es el único pero. Fue el último partido de la temporada y en Girona. Pensaba que con la ventaja que teníamos de casa podríamos pasar, por eso nunca me paré a pensar que aquel podía ser mi último partido con el Córdoba.

--¿No le comunicaron si se iba a marchar o no? No recuerdo una rueda de prensa para despedirse.

--No hubo rueda de prensa porque como nos íbamos de vacaciones y fue un palo gordo el que no pasáramos. Al final se dejó un poco ir la situación, ver las posibilidades que había de renovar y al final, no se llegó a nada. Tampoco es que se hablara mucho en concreto. Siendo sincero, yo no llegué a tener una oferta formal del Córdoba, pero sí que hablamos las posibilidades de continuar en el Córdoba y en ese momento, decidí darle un giro a mi vida y tenía muchas ofertas de España y de Europa, pero junto con mi familia decidimos emprender una nueva aventura en Tailandia y la verdad que dimos ese paso y muy contento por ello. Al principio no sabes lo que te vas a encontrar, cómo puede ser la vida allí, el fútbol y la adaptación fue muy buena. Me recibieron muy bien, tuve un papel muy importante marcando muchos goles, ganando la Liga, la Copa, haciendo una clasificación histórica en la Champions asiática con el Muangthong, mi equipo y fue un año increíble porque lo ganamos todo y a nivel personal y cultural fue una experiencia increíble, tanto para mí como mi familia. Y entonces fue un poco así al final de temporada. Era un momento de dar un cambio, de probar otras cosas y decidí probar suerte en Tailandia.

--¿Pudo seguir al Córdoba allí?

--Si claro, pero lo podía seguir por los periódicos, internet ya que con la diferencia horaria los partidos solían ser a las tres o cuatro de la mañana. Era imposible el poder ver un partido a no ser que fuese el partido de las cuatro de la tarde o el de las 12 de la mañana que había antes, pero sino era imposible. Estaba al tanto de todo porque tenía grandes amigos que me contaban cómo iba el Córdoba, y también conozco que rodeaba al primer equipo.

--¿Qué ambiente espera en El Arcángel?

--Al final es lo que le he dicho a los de mi equipo, El Arcángel es un campo que muy complicado, que pese a la situación que está viviendo realmente ya lo he dicho en rueda de prensa que es una situación engañosa porque un equipo tan necesitado de puntos no se sabe si es bueno o malo en una dinámica negativa. Lo que yo sé que El Arcángel es un campo grande, muy espacioso, la gente aprieta mucho y es complicado que los rivales hagan un buen partido. Vamos a tener que salir muy metidos porque nadie regala nada y menos El Arcángel que regala menos que otros estadios. Es lo que espero y esperamos.

--Ante el Numancia fueron menos de 9.000 personas. ¿Le extraña o también lo considera engañoso?

--La afición es soberana y para bien o para mal, al final son los que deciden y el socio es quien paga su abono y decide qué hace, obviamente. Entonces imagino que la afición no estará contenta y es algo que no se le escapa a nadie, como cordobesista pues seguramente al aficionado, al que quiere y duele el Córdoba esta situación no le tiene que gustar y la manera que tiene el aficionado de hacer ver que está disgustado es no asistiendo, asistiendo y protestando o cualquier cosa. Entonces es algo que no pasa solo en Córdoba sino en todos los clubs del mundo y es algo que hay que respetar. Sí que es cierto que la mejor forma de que el Córdoba a sacar esta situación adelante es que afición y equipo vayan de la mano, pero como te he dicho entiendo que la afición esté disgustada, enfadada y piensa en otra cosa diferente a lo que el club y la plantilla quiera.

El artiete Xisco muestra la camiseta de Osasuna en su presentación como jugador rojillo.

--Está convencido de que este equipo saldrá adelante, hacia arriba.

--Sí estoy convencido porque veo que tienen equipo para estar mucho más arriba. Es verdad que no es fácil salir de esta situación porque la Segunda división está muy igualada, y en cuanto ganas dos partidos parece que subes cinco o seis puestos. Yo deseo que el Córdoba salga de ahí abajo, pero lo deseo después de este viernes. A ver si alguien va a pensar en Pamplona que Xisco quiere que el Córdoba salga escopeteao (entre risas). Lo quiero y lo deseo, pero no contra Osasuna. Igual que toda la gente que conozco de Córdoba, les deseo lo mejor, que marquen muchos goles, pero a partir del viernes. Es algo lógico.

--¿Le sonará raro escuchar el himno del Córdoba con otra camiseta?

Sí, seguramente. Hay muchas cosas que hasta el momento que las vives no sabes lo que vas a sentir, pero bueno ya te digo que se me hará raro. He estado en muchos partidos como local y escuchar el himno es algo que te llena. Yo sé de muchos amigos que tengo cuando venían de visitante que lo primero que me decían eran joder no veas lo que se siente o lo que tiene que ser vivir este himno, esta entrada todos los domingos con el ambiente, el himno cantando a capella. La verdad que se me hace raro, pero es lo que hay.

--¿Tu mejor gol con el Córdoba?

Si te digo la verdad, no lo sé. Pero me quedo con todos los goles que ha servido para sumar puntos, ganar partidos y conseguir puntos importantes. Entonces eso es con lo que me quedo. Ha habido goles más bonitos, otros menos, pero también ha habido goles más importantes y no han sido de bella factura, entonces me quedo con eso, con todos los goles que sirvieran para que el Córdoba se acercase a los objetivos cumplidos.

--¿El ambiente que vive ahora en El Sadar le recuerda al que vivías en El Arcángel?

Si, a parque que El Sadar es un campo que sorprender mucho. La verdad que aquí la afición está respondiendo bien, el campo está prácticamente lleno todos los partidos y es una afición que aprieta mucho, anima durante todo el partido sin parar y también es verdad que la situación ayuda. El equipo está dando y la afición también responde y todo irá a más. Entonces son campos en los que a uno le gusta jugar y estoy encantado también aquí. Me han acogido con mucho cariño, siento mucho el aliento de la grada cada vez que juego o entro desde el banquillo y cuando voy por la calle la verdad que eso me agrada como futbolista porque cuando vas a un sitio nuevo donde prácticamente no eres conocido y la gente te trate con ese cariño y ese respeto pues la verdad que es de agrado.

"El sabor amargo que tengo con la gente de Córdoba es que no me despedí como me hubiera gustado»

--¿Diferencias entre su actual equipo y su etapa en el Córdoba?

--Al final lo más parecido que veo es que hay diferencias, pues con clubs diferentes. La historia de los clubs del norte, del sur, la gente del norte y del sur no tiene nada que ver, pero bueno los dos son espectaculares. Lo mejor que veo de este año de Osasuna con el último del Córdoba o el del año del ascenso, es que había un vestuario muy sano, que iban todos a una, que era una piña y al final se consigue en Córdoba, Pamplona, China y en México. Entonces eso sí que veo que para conseguir cosas buenas, hace falta una buena base de grupo y que vayan todos a una.

--¿Cómo cree que le recibirá la afición?

--Si te digo la verdad, espero que me reciban bien. Espero y lo creo porque es un club y una ciudad a la que le tengo mucho cariño y espero que sea así, que me reciban bien. Igual hay alguna parte que no lo considera así, no lo sé, pero bueno espero que me lleve un buen recuerdo ya que no pude despedir como hubiese querido de El Arcángel. Por eso espero que le recibimiento después de un año y pico sea bueno. Al final la gente es libre de expresar su opinión y aceptaré lo que sea, pero sí que te digo que espero que mi recibimiento sea bueno por todo lo bueno que he vivido allí y la gente que sé que me quiere en Córdoba.