La semana en el manicomio dio para mucho y no defraudó. La locura de intentar seguir dando pasos para cambiar aficionados por clientes no es nueva, tampoco la desmesura a la hora de emplear un reglamento a medida como arma arrojadiza. Pero quizás lo más llamativo, por su significado y por lo fino que hiló, fuera la despedida de Emilio Vega. El berciano tuvo no pocas dificultades para desempeñar su labor -a imagen y semejanza de su predecesor-, aunque también es cierto que erró en exceso, tanto la pasada temporada como ésta, por lo que su defensa era prácticamente imposible.

Pero había que quedarse con un par de frases o tres que pronunció el ya exdirector deportivo del Córdoba. Las dos primeras, casi consecutivas, para que hubiera clara conexión: «Vosotros tenéis información», «tuvimos una exigencia máxima con un presupuesto medio». Vega confirmó, de manera implícita, que no es fácil asumir el reto de subir a Primera siendo el club de Segunda que menos invierte en fútbol, un 25,15% de los ingresos totales. Obviamente, Córdoba como ciudad y afición es mucho más grande que Miranda de Ebro, Lugo, Tarragona, Leganés, Girona, Huesca, etcétera, por lo que ese 25,15% sitúa al Córdoba en el 12º límite salarial de la categoría. Vamos, que si el Lugo invirtiera el mismo porcentaje se quedaría con un límite salarial de poco más de dos millones, así que los gallegos rozan el 60% de sus ingresos para irse a más de cuatro, cerca del marcado por el Córdoba.

La otra miguita para seguir el camino por donde le hubiera gustado transitar Vega -y por el que, lógicamente, no podía-, fue cuando se refirió a la diferencia entre clubs y SAD: «Hay propietarios que tienen la potestad como para en momentos puntuales ser diferentes a la otra figura», la de presidente de club. Y en el reconocimiento, la radiografía: «Si he estado al frente de la dirección deportiva es porque asumía cómo estaba trabajando».

Vega tenía claro, desde hacía muchos meses, que su final estaba escrito. En noviembre ya se informó desde aquí que su relevo era un hecho. El mejor posicionado para sustituirle era Álex Gómez, quien mantiene una muy buena relación con el presidente puesto por la propiedad. Pero ésta, hace ya tiempo, sugirió otro nombre para ocupar el cargo: Salva Sánchez. También se ha hablado aquí del hermano y representante de José Enrique, actual jugador del Zaragoza.

Sánchez no quiere asumir el cargo y lleva años realizando operaciones en el Córdoba. Desde la intermediación para el traspaso de Fede Vico al Anderlecht hasta el desembarco de no pocos jugadores que tiene en su firma, Football Management Sánchez SL. Era el agente de Deivid a la llegada del canario al Córdoba y bajo FSM hay una docena larga de futbolistas en todos los escalafones del Córdoba. Tanto en el pasado como en el presente. Ryder Matos o Fausto Rossi llegaron bajo su brazo, así como Janse, Pedro Santos, Fede Cartabia o Abel Moreno. Jonathan Bijimine también engrosa su carpeta, así como Javi Galán o Roser. La lista no es corta, precisamente, y a cada año que pasa aumenta incluso en las plantillas juveniles. De ahí que a la conexión cercana que tiene con la propiedad se la quiera revestir de cierta oficialidad y situarlo al frente de la dirección deportiva del club. En cualquier caso, obviamente, en caso de que sea finalmente Álex Gómez el nuevo director deportivo, la influencia de Sánchez en la llegada de jugadores al Córdoba continuará siendo alta.

En cualquier caso, las decisiones en materia deportiva continuarán siendo como hasta ahora, como casi siempre. Quizás la novedad es que se evitarán los «cuerpos extraños» en los que se convirtieron tanto Cordero como Vega en su deambular en el Córdoba CF de esta última etapa. Porque, al igual que en el pasado, y aunque hubiera una carta de despedida de la propiedad en su momento, Cándido Cardoso continúa teniendo contacto frecuente con esa misma propiedad. El sábado estuvo de nuevo en El Arcángel acompañado de Sergi Barjuan. Aunque el capítulo de decisiones puede estar en estudio final, a la espera de saber dónde militará el equipo la próxima campaña. Mientras, el proceso de «matrioska» mercantil iniciado hace más de un año continúa.