Rafael Nadal llevaba siete partidos esperando el momento de levantar los brazos y celebrar una victoria ante Novak Djokovic. La última vez fue en la final de Roland Garros del 2014, Ayer, en la central Manolo Santana de la Caja Mágica, el mallorquín acabó su mala racha al imponerse de forma fácil en dos sets por 6-2 y 6-4. Un triunfo que le abre las puertas de la final del Masters 1.000 de Madrid y pone en evidencia el momento que atraviesa desde que ha pisado su querida tierra. Nadal disputará hoy (18.30, La 1) la quinta final del año y la posibilidad de morder su tercer título tras los conseguidos en las últimas semanas en Montecarlo y Barcelona.

«Ya tocaba. Llevaba muchos partidos sin ganarle casi ni un set. Estoy muy contento. Más feliz imposible porque estoy en otra final y se confirma la buena dinámica que llevo desde hace meses», valoró Nadal que se enfrentará al ganador de la semifinal entre el austriaco Dominik Thiem y el uruguayo Pablo Cuevas, retrasada por la final femenina.

Nadal sabía que era el momento de dar el golpe a Djokovic y no lo desaprovechó. Estaba en su tierra, ante su público y con las mejores sensaciones, todo lo contrario del tenista serbio que lleva meses intentando reencontrarse a si mismo. Y para anunciarlo de salida, Nadal rompió el saque de Djokovic en blanco. El exnúmero 1 no apuntó su primer juego hasta 22 minutos después de empezar el partido. Entonces ya iban 4-0. Demasiada ventaja ante un Nadal sólido, concentrado, -valiente y que puso un ritmo muy alto.

«Un gran primer set. Ha estado perfecto», decía su tío y entrenador Toni Nadal al final de la primera manga. Y en la segunda se mantuvo el guion, aunque el orgullo de Djokovic, le hizo romper el saque de Nadal por primera vez a los 62 minutos de juego (2-2) y salvar dos match balls antes de ceder el triunfo en una hora y 38 minutos. «El segundo set he jugado más corto y he tenido los típicos nervios de cerrar el partido ante un rival al que hacía tiempo que no ganaba».

El español, ganador en cuatro ocasiones de este torneo, se enfrentará este domingo en la final contra el austríaco Dominic Thiem, vencedor de la otra semifinal, donde se impuso al uruguayo Pablo Cuevas (6-4 y 6-4).

Será el quinto enfrentamiento entre Nadal y Thiem, con 3-1 para Nadal, todos en tierra, y el segundo este año después de la victoria del español en la final del Conde de Godó. Thiem logró su único triunfo en Buenos Aires el pasado año (6-4, 4-6, y 7-6)

En la final femenina la rumana Simona Halep revalidó el título al imponerse a la francesa Kristina Mladenovic por 7-5, 6-7 (5-7) y 6-2, después de 2 horas y 44 minutos. Halep conquistó el primer título del año.