La celebración de la Nocturna Trotacalles volvió a ser una fiesta para muchos de esos miles de atletas cordobeses anónimos que cada tarde practican deporte por las calles de la ciudad. Cerca de 4.300 atletas --4.000 en la prueba reina de 10.000 metros-- llenaron de esfuerzo y pasión la ya casi veraniega noche cordobesa. Marta Polo y Miguel Espinosa terminaron logrando los triunfos en dura pugna con el resto de sus rivales directos. El rosario de atletas en la meta duró muchos minutos, casi hasta la entrada de la madrugada.

La carrera lleva siete años creciendo en cuanto a relevancia y número de participantes y esta edición no ha sido una excepción. De los 799 atletas del 2012 se ha pasado a unas cifras que demuestran que el modelo de carrera que propone el club Trotacalles gusta a todos. Correr por las calles de Córdoba ya de noche tiene un embrujo especial y más si pasa por algunos de los lugares con más encanto, tales como Las Tendillas, la Mezquita-Catedral, el Puente Romano o la Plaza de La Corredera.

El paso por El Patio de Los Naranjos era uno de los momentos más esperados por todos, pues nunca una carrera había pasado por allí. Las fotos de los amigos y familiares de los atletas en el entorno de la Mezquita-Catedral se sucedieron durante la noche atlética.

La segunda carrera con más participantes del circuito cordobés, solo la supera la Media Maratón de noviembre, cumplió como siempre con las expectativas. Grupos de amigos, familias enteras, jóvenes y veteranos disfrutaron de un rato de deporte mientras al mismo tiempo veían en primera fila lo más bonito de la ciudad. Pudo verse a deportistas de lo más variopinto, lo que demuestra que el atletismo es una modalidad que llega a todos sin ninguna distinción.

En cuanto al aspecto deportivo se refiere, no faltaron a la cita los principales atletas cordobeses especialistas en pruebas de 10.000 metros. Así participaron corredores como Miguel Espinosa, Rafael Bermúdez, Bruno Márquez o Juan Varo, Marta Polo o Maribel Díaz tampoco faltaron en la categoría femenina. Por momentos pareció la prueba un campeonato provincial absoluto de 10.000 metros en ruta, pues estaban casi todos los que tenían que estar. Al final, todos recibieron la recompensa de recibir su merecido aplauso en la meta.