El atleta español Adel Mechaal se quedó con la "espinita" clavada este domingo al rozar el bronce en la final del 1.500 en el Mundial de Londres, donde se dejó "la piel" tras unos meses complicados pendiente de su sanción por saltarse unos controles de dopaje, al tiempo que aseguró que peleará por dar medallas a España sin ser "un apestado ni un dopado".

Hace unos meses no sabía ni si iba a seguir con el atletismo. Estaba muy triste por el trato y las acusaciones que estaba recibiendo. Ha sido muy duro y he luchado para demostrar a todos los españoles que el Mechaal que decían que se dopaba no tiene nada que ver con el Mechaal de 2017, que no soy un apestado ni un dopado. Voy a seguir trabajando para tratar de lograr más medallas para España", indicó en declaraciones a Teledeporte.

Mechaal no supo hasta finales de julio su posibilidad de competir en Londres, con la resolución del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) exonerando al atleta de origen marroquí por una sanción de la Agencia Española de la Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) por no comunicar su paradero en tres controles.

"Este año todavía no ha acabado. Me quedan cinco competiciones más pero hoy en el estadio han estado mis dos abogados que han peleado para que esté aquí. He querido dejarme la piel y creo que lo he hecho con esta gran actuación para hacer olvidar todo lo demás", apuntó.

El campeón de Europa de 3.000 indoor se desfondó en los últimos metros para pelear por un bronce que le negó el noruego Filip Ingebrigtsen. "A una centésima de mi marca personal, pero lo que más duele es haber perdido ese bronce. Iba progresando y cuando ha visto que venía se ha cerrado. A toda España: 'Lo he dado todo, me he dejado la piel y voy a seguir entrenando para hacerlo lo mejor posible'", afirmó.