El Valencia no falló en el Coliseum Alfonso Pérez, derrotó 0-3 a un débil e inoperante Getafe y mantiene el pulso con el Barcelona después de un gran partido del equipo de Nuno, que confirma que puede ser un candidato para luchar hasta el final con los mejores de la Liga.

El Valencia ha montado un buen equipo. Hay moldes para completar un buen curso. También ganas. Se nota en los jugadores, que parecen tener hambre de conseguir un botín interesante al final de la temporada. Este Valencia respira la palabra Europa por los cuatro costados.

Suma diez puntos, solo dos menos que el líder de Primera División y los mismos que el Sevilla, el otro equipo que todavía planta cara de tú a tú al conjunto de Luis Enrique. Y lo ha conseguido practicando un fútbol atractivo que hace tiempo que no veía el público de Mestalla.

Ese fútbol lo trasladaron al Coliseum Alfonso Pérez, donde los hombres de Nuno jugaron a una velocidad superior a la del Getafe, un equipo consumido por sus problemas externos y con una plantilla con muchas carencias. Su entrenador, Cosmin Contra, intenta unir las piezas, pero de momento éstas no encajan.

El Valencia pescó en aguas revueltas, sobre todo en la primera parte, en la que mostró una calidad y una contundencia envidiable. En los primeros veinte minutos dio una lección de fútbol, con Paco Alcácer eléctrico y con Rodrigo como escudero perfecto.

El primero estrenó el marcador muy pronto, con una demostración de potencia con un derechazo que no pudo parar Guaita.

Era el minuto 7 y sólo trece después aparecería Rodrigo para controlar un balón imposible y cedérselo a Andre Gomes, que conectó en una pared perfecta con Parejo para marcar el segundo con facilidad. Paradojas de la vida, dos exjugadores del Getafe casi cerraron el partido.

Con todo el trabajo hecho, el Valencia se dedicó a vivir plácidamente en la segunda parte. Contra intentó dar la vuelta al partido con Babá y con el canterano Ivi. El efecto no logró su objetivo. No hubo manera. Sólo otro disparo de Lafita pero Rodrigo sentenciaba el choque desde el punto de penalti solo un minutos antes de ser expulsado por una entrada inexplicable.