“Después de lograr el doblete junto con Dani (Pedrosa) en Sachsenring (Alemania), nos fuimos a Misano donde estuvimos tres días probando nuevo material e, incluso, la Honda de la próxima temporada y, finalmente, pude pasar una semana de auténticas vacaciones con mis amigos en Ibiza. Solo una semana porque, inmediatamente, ya regresé a los entrenamientos en compañía de Genís Cuadros y de José Luis Martínez, ya que nos espera un duro final de temporada”. Marc Márquez (Honda), que figura cuarto del Mundial de MotoGP cuando aún restan nueve grandes premios (225 puntos en juego), superado por 52 puntos por Jorge Lorenzo (Yamaha) y aún a 65 puntos del mítico Valentino Rossi (Yamaha), líder del campeonato, ha viajado a Indianápolis (EEUU), donde este fin de semana se reemprende el campeonato de velocidad tras el parón estival.

“Todos necesitábamos parar y la verdad es que el test de Misano nos supuso un sacrificio suplementario pero valió mucho la pena, pues nos reforzó en la tésis de que la moto que habíamos escogido en Sachsering, con piezas de la del año pasado y algunas de este año, era la moto ideal para intentar seguir ganando carreras o pelear por el podio”, añadió Márquez antes de viajar a Estados Unidos donde ha ganado todas las carreras que ha disputado tanto en Indy como en Laguna Seca o Austin (Texas, EEUU).

Rossi, de fiesta

En Indianápolis venció las dos veces que corrió en Moto2 (2011 y 2012) a Pol Espargaró y también las dos últimas ocasiones de MotoGP (2013 y 2014), cuando derrotó a Pedrosa y Lorenzo. “Es un circuito que me gusta mucho, pero han cambiado el asfalto y tendremos que ir con cuidado en los primeros entrenamientos del viernes”.

Pedrosa también ha asegurado “tener muchas ganas de confirmar en Indy el progreso y las buenas sensaciones vividas en Sachsenring”, del mismo modo que Rossi y Lorenzo. La estrella italiana pasó unos días de fiesta en su rancho de Tavullia en compalía de su amigo, el veterano norteamericano Colin Edwards, practicando el ‘dirt-track’ y también practicando tiro con pistolas y rifles, de las que Edwards es un ferviente amante.