El milagro del pasado sábado ha tenido un efecto inmediato sobre la tabla y la situación en ella del Córdoba CF. Por lo pronto, los blanquiverdes tienen dos puntos de ventaja sobre el descenso, que marca el Rayo Vallecano, con 28 puntos. Los blanquiverdes no tienen nada hecho, como recordó el propio Carrión en sala de prensa después del encuentro, pero al menos cortaron la racha de cinco meses sin ganar en casa y la no menos importante de dejar la portería a cero por segunda vez en los últimos 20 encuentros.

Le tocará la próxima semana dar continuidad a ese triunfo ante el Alcorcón y para ello deberá mejorar mucho en su juego, que no convenció, aunque es cierto que el último sistema implantado por Carrión parece dar algo más de consistencia defensiva al equipo. Deberá el catalán mejorar en velocidad en la primera línea, sobre todo por el centro, y buscar mayor llegada desde el mediocampo, pero es un buen primer paso.

De ahí que las caras sonrientes fueran la tónica durante la mañana de ayer en la ciudad deportiva. No estuvo Antoñito, que se perdió el choque ante los alfareros y fue de lo poco salvable en el encuentro contra el Levante. Sin embargo, la lesión del carrilero herrereño no ha tenido el consiguiente parte médico, por lo que se entiende que es posible que en esta semana se reincorpore a los entrenamientos, que se reanudarán mañana martes a las 10.30 horas en la ciudad deportiva a puerta abierta, ya que la plantilla disfruta hoy de su jornada semanal de descanso.

No tendrá Carrión con seguridad en Tarragona a Domingo Cisma, que sufrió una infantil expulsión ante el Alcorcón, aunque por otra parte recupera a Luso Delgado después de cumplir su sanción y probablemente a Jonathan Bijimine, que ayer ya se ejercitó con el grupo. Un partido entre dos equipos recién salidos de puestos de descenso, aunque con un historial más largo por parte de los tarraconenses.

Además, y mirando al futuro inmediato, el catalán ve en el horizonte los apercibimientos del propio Cisma y de Edu Ramos. Una nueva amarilla del malagueño en Tarragona le impediría jugar en el encuentro en El Arcángel contra un Zaragoza que dudaba anoche si destituir a su segundo técnico de la temporada, Raúl Agné. Sería el cambio de banquillo número 13.