La directiva del Manchester United ha dicho basta. Tras sumar once derrotas que han llevado al equipo al séptimo puesto de la clasificación --a 23 puntos del líder, el Liverpool, y sin posibilidades de clasificarse para la Liga de Campeones la próxima temporada--, los responsables del club han cortado por lo sano y han destituido a David Moyes.

El entrenador escocés llegó al banquillo de los diablos rojos el pasado verano para sustituir a Álex Ferguson, que dejó el puesto tras 26 años y le dio su bendición. Venía de triunfar en el Everton y firmó por seis temporadas con el objetivo de construir un proyecto estable. Pero los resultados no le han acompañado y no ha acabado ni la primera, la peor en tres décadas. La gota que ha colmado el vaso ha sido la derrota, el domingo pasado, ante el que fue su equipo durante 11 años (2-0). Pero en los aficionados también escuece el varapalo que hace un mes le dio el Liverpool (0-3) y la eliminatoria en cuartos de final de la Champions ante el Bayern.

Al parecer, Ryan Giggs cogerá las riendas en los tres partidos que restan de la Premier League. Mientras, la familia Glazer, propietaria del Manchester United, y el vicepresidente Ed Woodward barajan los nombres de Jurgen Klopp (Borussia Dortmund), Diego Simeone (Atlético), Lauren Blanc (Paris Saint-Germain) y Louis van Gaal como posibles sustitutos.