La triste estela de los domingos y del fin de semana se suele alargar hasta el lunes, día cenizo por lo general, de caras largas y rostros cansados ante lo que se avecina. Pero el próximo lunes será diferente para muchos. "¡Será la primera vez que esté deseando que llegue!", exclamaba eufórica Ausia en la puerta de El Arcángel, a la que ayer fueron llegando seguidores blanquiverdes para recoger sus entradas del partido ante el Real Madrid en el Bernabéu.

Uno de los templos del cordobesismo es Bulebar, que acoge todos los partidos del Córdoba desde hace siete años. Por primera vez los aficionados no podrán verlo por televisión desde su barra. "Nos vamos toda la plantilla a Madrid y cerramos", anuncia José María, uno de los dueños. Los siete trabajadores son fieles seguidores blanquiverdes y sus jefes han sido comprensivos; incluso han fletado un autocar desde el propio bar. "Dejaremos de ganar dinero porque ese día estaríamos hasta la bandera, pero la ocasión merece la pena".

Para otros, el desplazamiento tendrá una connotación especial. Es el caso de Inmaculada, que ayer recogió un puñado de entradas junto a su hija de cuatro años y su marido. "Para mí supone recordar a mi padre, que se murió esperando este momento. El siempre ha sido socio del Córdoba y es un homenaje a él. Iré con toda mi familia y será especial porque además me voy a poner la camiseta que llevaba a todos los partidos, hasta cuando estaba en Segunda B".

Muchos aprovecharán las vacaciones para hacer una excursión a la capital y pasar un fin de semana más largo de lo normal. "Vamos doce amigos y pasaremos tres días. Está siendo complicado hacernos con las entradas, pero al final, con muchas horas y espera, lo