"Lo fácil es llorar y quejarse". Pero Luis Enrique no llora ni se queja de los árbitros. Al contrario. En una didáctica intervención, sin rehuir ninguna pregunta sobre el conflicto arbitral que ha sacudido al Barcelona en los dos últimos partidos, el entrenador ha querido dejar bien clara su posición. Huye el asturiano de cualquier teoría de la conspiración, respeta lo que dice Gerard Piqué, pero no está de acuerdo con él. Ni mucho menos. "Es intachable la posición del entrenador, que soy yo, y del club sobre los árbitros. Lo fácil es llorar y quejarse, pero no lo hacemos. Debemos estar por encima de todas estas situaciones", ha precisado el técnico.

Luis Enrique ha eludido refugiarse en los errores arbitrales. "Cuando suceden algunas cosas que no son justas, la tendencia es quejarse. Pero nuestra intención no es esa", ha dicho el entrenador azulgrana, reiterando en un par de ocasiones el comportamiento "intachable" del club en este asunto. Y de él mismo. Por mucho que esté en desacuerdo con Piqué, quien sí ha sido muy beligerante con los árbitros, no ve problema en esas dos líneas de conducta que hay ahora mismo en el Barcelona.

El central se queja; Luis Enrique y el club, no. "No creo que le pase factura a Piqué. Ni al equipo. Ya es mayorcito. Estoy encantado con el Piqué futbolista, con el Piqué profesional", ha precisado el técnico.

El entrenador del Barcelona considera que el central "es un filón inagotable para los periodistas", pero eso no le preocupa lo más mínimo. "Con Gerard hablo muchas veces, pero cada uno es mayor de opinar y decidir. Es una opinión respetable", ha subrayado Luis Enrique.