La mutación que ha sufrido Nuestro fútbol, al hilo de la crisis económica, aumenta su grado de alerta en las semanas previas al cierre del mercado de fichajes. Las medidas del control económico que ha aplicado la LFP, que celebro, todavía necesitan irse barnizando para generar mayor sensación de normalidad en los inicios de campeonato. En estas dos jornadas, hemos observado a equipos privados del concurso de algunos jugadores que no ha permitido inscribir la norma del control económico (Elche, Zaragoza, Recre, etc.).

Visto lo cual, en la segunda jornada, algunos recurrieron a un reajuste presupuestario reduciendo y aplazando las cantidades de los jugadores ya inscritos, para poder poder inscribir a los que faltaban (Elche).

Hay jugadores que no solo no sabían si podían ser inscritos o no, sino que sus equipos no sabían en qué categoría iban a militar, como en el caso del Murcia o Mirandés.

Algún entrenador fue víctima del cambio de dueño con anterioridad a la primera jornada (Mallorca), aunque en este caso no sería justo encasillarlo dentro de lo que es el control económico aunque si dentro del fútbol moderno.

En este escenario los clubs están ocupando todo o gran parte de su talento en ver cómo se pueden hacer plantillas competitivas driblando o conviviendo con las normas. Para ello están centrando sus esfuerzos en buscar fórmulas ingeniosas de contratación.

Surgen los fondos de inversión, cesiones de jugadores que van de club en club sin sensación de pertenencia a ninguno en los que milita y a veces propician que el club esté en manos de estas empresas.

Es normal que en un nuevo escenario surjan conductas de adaptación basadas en un cortoplazismo que permita la supervivencia en tiempos difíciles. Una vez superada esta primera etapa, llegaremos a un escenario en el que el equipo que sepa ver el bosque detrás del árbol, será el que mejor optimice los recursos disponibles.

Para ello se impone más que nunca una metodología profesional dentro de la cadena productiva de los clubs profesionales. No me refiero a la persona en sí, me refiero a elegir un modelo de seguimiento, donde no se elija solo dentro de lo que hay para cada categoría en el mercado, sino que se sepa hacer una peritación lo más acertada posible de las cualidades de los jugadores.

Se impone tomar como eje fundamental el lema de querer al jugador por lo que puede llegar a ser (que te puede aportar a nivel de rendimiento ) y no por lo que ya ha sido (juzgarlo por su nombre y trayectoria ).

Cuando los clubs han perdido su capacidad de endeudamiento la apuesta debe ser trabajo, organización e imaginación.