Todo el mundo se imaginaba, durante la definitiva carrera de Cheste, a un Jorge Lorenzo revisando con ansia la pizarra en cada paso por meta. Pero no, el piloto mallorquín aclaró que todo lo contrario. Que la pizarra, ni verla. Que solo veía la siguiente curva y solo pensaba en como trazarla lo más rápido posible.

"En toda la carrera no he podido mirar la pizarra, no entendía nada de lo que ponía. Solo me he dedicado a tirar a tope", ha explicado todavía en el 'corralito' el tricampeón del mundo de MotoGP, que ha reconocido estar "muy emocionado". "He estado llorandodurante toda la vuelta de honor", ha confesado Lorenzo, a quien cuatro seguidores ataviados con el mono y el casco con los que ganó sus anteriores títulos en 250cc y MotoGP mantearon en el circuito tras ganar la carrera.

SILBIDOS EN EL PODIO

"Se lo dedico a toda la gente que no se rinde y que tiene personalidad y no hace caso a las críticas", ha añadido el flamante campeón, en clara referencia a todo lo sucedido desde que Valentino Rossi tiró al suelo a Marc Márquez en Sepang, una acción en la que él no participó y que sin embargo le ha costado escuchar algunos silbidos en el podio.

"Ahora es fácil decirlo, tricampeón del mundo, pero he tenido mucha presión. La goma delantera ha acabado destrozada. Pero Yamaha ha hecho una moto increíble y el equipo ha estado perfecto todo el año", ha añadido.