Acaba de lograr el ascenso a Segunda con el Reus, el primero del conjunto catalán a Segunda.
-Momento feliz en Reus.
-Contento. Después de haber vivido mucho en el fútbol llegué en enero a un equipo que estaba hecho para jugar las eliminatorias. Conseguimos en la última jornada quedarnos primeros y hemos logrado un ascenso histórico, porque en 107 años de historia el Reus nunca estuvo en Segunda.
-No se cruzará con el Córdoba.
-(Ríe) Ojalá, sería una buenísima señal, ojalá no me cruzara, sería una noticia buenísima. Hay que esperar a que el Córdoba haga los deberes en casa el sábado y luego, en ese play-off, ya hemos demostrado los cordobeses que somos capaces de todo. Las opciones están intactas.
-Vivió el primero, el segundo y ahora, éste, es diferente a ambos.
-Sí. El primero, el del 2012, era un premio a una temporada maravillosa. Fue un play-off «inesperado», pero muy merecido. Luego, el segundo, el del 2014 fue un «milagro», un desenlace maravilloso. Este es un play-off más necesitado porque es una plantilla para eso y ojalá se consiga.
-El Almería le debe traer buenos recuerdos.
-Sí. Ahí metí mi mejor gol en toda mi carrera a nivel profesional y fue un partido importante porque necesitábamos mucho ganar. Marqué otro gol, participé en la expulsión de Soriano --hoy entrenador del Almería-- y, bueno, fue uno de mis partidos más completos. El Arcángel, en estos partidos, empuja mucho.
-¿Qué le parece este Córdoba de Oltra?
-Creo que es lo que ve todo el mundo. El equipo tiene una pegada brutal. Ha habido momentos en los que atrás, por falta de efectivos o por momentos de forma, se ha sufrido más de la cuenta y ha encajado muchos goles, pero la pegada brutal que tiene el equipo la ha mantenido hasta el final. Ha llegado bien y con buena racha y manteniendo la pegada, aunque la baja de Florin la debe notar. Pero ahí deben aparecer futbolistas, como Xisco y Fidel, que marcan diferencias.
-Compare equipos de ‘play-off’.
-Creo que el del 2012 era el que mejor jugaba al fútbol. El segundo, por las circunstancias, era un milagro y ahora va a ser clave la pegada que tenga el equipo. Una transformación de juego no va a haber. Va a entrar, seguro, pero con sus armas. No puede haber cambio radical. No va a ser más combinativo ni menos directo.
-¿Lo verá aquí? Córdoba es especial.
-Iré, claro. Córdoba es especial. Aunque a mis padres les duela, es como si fuera mi casa.