El tiempo acompañó. Pero difícilmente una nube o un poco de lluvia hubiese desanimado a los miles de atletas populares --siete mil-- que se dieron cita en la Media de Córdoba.

Los amigos del Canal fletaron un autobús desde Puente Genil, con cuarenta corredores y acompañantes. Como los atletas del club Agustinos de Granada. También vinieron corredores de Aranjuez, o de Madrid. Los Beers Runners de Madrid aprovecharon para quedar con un grupo de Beers de Jaén. ¿Qué quienes son? Se trata de una comunidad de atletas populares que se organizan en las redes sociales por toda España y a los que patrocina la Asociación Nacional de Cerveceros. Así es el deporte.

Minutos para la salida, fotos, ir y venir de corredores. El speaker insta a los atletas a tomar posiciones. Son las diez. La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, da el pistoletazo de salida. ¡Pam! Siete mil atletas bajan por Vallellano. 6.021 cruzarán la meta. Allí les espera un público entusiasta, como el que les saluda y vitorea ya por las calles de Córdoba. "Es lo mejor, la gente te anima mucho y si te vienes abajo eso te da una inyección de moral", dirá tras acabar Verónica Recio, una de tantos runners que corren para superarse a sí mismos. Retos personales entre los que destaca José Luis Vidal, que a sus 67 años ha corrido treinta de las treinta y un ediciones de la media. "Solo el año pasado no pude y me ha encantado el recorrido", señalaba sudoroso al poco de cruzar la meta. Y por edad que no quede. Antonio Castilla (en la foto de abajo) es otro de los atletas populares cuyo nombre debería pasar, si no lo ha hecho ya, a la historia de la carrera. ¿Les parece poco acabarla a sus ochenta años cumplidos? "Las carreras te dan salud", asegura sonriente.

Los corredores siguen cruzando la meta. Los contemplan la Mezquita y cientos de espectadores. A las dos horas han entrado más de 5.500. Algunos lloran de emoción, la mayoría sonríen y se abrazan, toman fotos y avanzan apremiados por la organización para dejar espacio.

Llegan los últimos, Jesús Pineda, un corredor lucentino que ha sufrido unos calambres, y Mercedes Tirado, una amiga de Huelva. Les precede Ana Calderón, estudiante cordobesa de 18 años. A Ana la esperan su madre y una amiga. Ya está a solo unos metros. Ana no baja el ritmo. Alza los brazos. Cruza la meta. Abrazos. Lágrimas. Risas. ¡Lo ha conseguido!