Triunfo de los de antaño, de aquellos que se decían por lo civil o lo criminal, de los que encienden a una grada y de los que dejan heridos, lo que hace que esa victoria tenga un punto de épica para no pocos. El Córdoba volvió a la senda de la victoria en El Arcángel ante otro favorito a estar arriba en un partido un tanto raro y que sirve para que los de Oltra retomen la cabeza de la tabla tras un mes sin sumar de una tacada tres puntos. Así que no hay que insistir sobre lo que se sabe. De lo que se tiene o de lo que no. De cómo es esta Segunda u otras. El Córdoba es primero en la categoría de plata de fútbol español y eso quiere decir que hasta la jornada 15 es el mejor. O el menos malo.

De ahí que, al menos en el encuentro de ayer, no haya que insistir en exceso sobre lo que ya se ha dicho en los tres meses anteriores. Nada ha cambiado, incluido ese espíritu de bloque esforzado que ha implantado un Oltra que busca como loco meterle un puntito de pausa al equipo, de salida de balón, de temple con la posesión. Sabe que un solo hombre no es capaz de ello, pero dice mucho y bueno del valenciano que lleve insertando en la titularidad durante tres jornadas consecutivas a Víctor Pérez. También, de convencer a la juventud de Nando de que un jugador que piensa en el equipo --también defensivamente-- es un futbolista más completo. Y, como ya se ha repetido en muchas jornadas anteriores, hacer importante a Xisco en la mediapunta, hasta el punto de lograr que el balear haga partidos como el que realizó anoche en El Arcángel. Las faltas, deudas y agujeros del equipo ya se han comentado lo suficiente. Con ellos y con contratiempos como el de ayer, a este Córdoba le da para meterse en la cabeza de la tabla traspasado el primer cuarto de Liga. Mérito reconocible.

Fue un partido raro el de anoche. Un primer cuarto de hora en el que el duelo no era de nadie y, sin embargo, el marcador ya reflejaba un 2-0 a favor de los locales. Un disparo de Fidel que tocó un defensa no pudo atajarlo Esteban, ya vencido, y un pase tremendo de Xisco a la espalda de la defensa dejaba solo a Nando para superar al portero carbayón. En fuera de juego, pero al asistente de Arias López pareció darle pena estropear lo que hizo el balear con el balón. El Oviedo notó el doble golpe y durante 20 minutos el Córdoba vivió plácidamente gracias, principalmente, al incordio entre líneas que era Xisco, al trabajo de Luso y al punto de pausa que daba Víctor Pérez. Tampoco hay que olvidar, sería injusto, el juego por bandas, pero sobre las intermitencias de Fidel sobresalió un Nando que expuso su calidad en la primera parte y su trabajo, ése que hace el que sustituye hoy en día, en la segunda. El primer sobresalto no lo acusó el Córdoba. Stankevicius dejaba su puesto a Dalmau y el equipo no se resintió. Pero los dos siguientes, simultáneos, cambiaron el panorama. Arias López equilibró la balanza a poco del descanso dando como bueno un remate de Toché con la mano. Además, en la jugada del tanto mal concedido se lesionó Héctor Rodas, que forzó la amarilla una vez sustituido. Así, la defensa del Córdoba 'de siempre', con Stankevicius, Rodas, Deivid y Cisma, quedaba configurada en la segunda parte con Dalmau, Deivid, Rafa Gálvez y Abel Moreno. Con el marcador a favor, con una defensa de circunstancias y el historial de segundas partes de este Córdoba en Liga no era muy complicado adivinar la senda por la que discurriría el segundo acto.

Aunque en ese segundo acto llegó un protagonista de excepción: El Arcángel. En los primeros 10 minutos el Oviedo parecía tener algo de idea de por dónde meterle mano al conjunto blanquiverde, pero la grada no se arrugó y mandó su mensaje. El equipo carbayón acaparó la posesión (el Córdoba finalizó por debajo del 40%) y en algunos momentos de esos primeros minutos pareció que podía hacer daño. Sin embargo, el compromiso defensivo del equipo fue brutal. Tanto, que se pudo ver a Nando corriendo 40 metros para ayudar a Dalmau y robarle el balón a Peña. Y no fue una carrerita tribunera, nada de eso. Viendo que el Córdoba se recomponía y se acorazaba, Egea comenzó la rueda de cambios. Sorprendentemente sacó a dos de sus mejores hombres, Susaeta y Koné, a éste último para meter a Aguirre, que cayó por la banda zurda del ataque azulón.

Pero el chip estaba cambiado y El Arcángel empujaba a los suyos, sabedor de que, en esta Liga, unos números locales como aquéllos de la 2011/12 pueden dar en esta temporada mucho más que sólo el 'play-off' que otorgaron entonces.

Oltra, sin maniobrabilidad ante los dos contratiempos de la primera parte, dio entrada a Markovic por un exhausto Víctor Pérez, que se ha ganado la perseverancia de su técnico con él en las tres últimas jornadas.

El último cuarto de hora se redujo a una insistencia estéril con el balón por parte del Oviedo y a una resistencia feroz por parte cordobesista. Una resistencia que tuvo su fruto en los tres puntos, pero en otro concepto aún más llamativo: con esa defensa más que de circunstancias, un equipo situado en 'play-off' no supo hacerle ni tan siquiera una ocasión digna de mención.

Es por eso que no toca hablar de lo que ya se sabe. Está ahí. Y el futuro inmediato no invita a la tranquilidad. Pero anoche el Córdoba quería volver al liderato ante su gente, en El Arcángel, sin pensar en la semana que viene o en la siguiente. Con contratiempos, lesionados y limitaciones. Lo consiguió pese a todo.

Ficha técnica:

Córdoba CF: Razak; Stankevicius, Héctor Rodas (Rafa Gálvez, min. 40), Deivid, Abel Moreno; Nando, Luso, Víctor Pérez (Markovic, min. 77), Fidel; Xisco y Florin.

1.- Real Oviedo: Esteban; Johannesson, David Fernández, Borja, Peña; Erice (Edu Bedia, min. 83), Jonathan Vila; Susaeta (Hervías, min. 75), Borja Valle; Toché y Koné (Aguirre, min. 65).

Goles: 1-0, min. 6: Fidel; 2-0, min. 16: Nando; 2-1, min. 37: Toché.

Árbitro: Arias López (Colegio cántabro), que amonestó a los locales Razak, Abel Moreno, Rafa Gálvez y Héctor Rodas, así como a los ovetenses Susaeta, Erice y Toché.

Incidencias: Partido de la decimotercera jornada de la Liga Adelante, disputado en El Arcángel ante 14.832 espectadores, con terreno de juego en buenas condiciones.