Carlos González y Jesús León hablaron ayer para este periódico para exponer sus puntos de vista sobre la situación en la que se encuentra la compraventa del paquete mayoritario de acciones del Córdoba. El aún máximo accionista se centra en dos problemas principales en los que se rompió el proceso: la pignoración de acciones, según él, por parte de León y Oliver, y los talones por valor de dos millones que se iban a entregar el pasado miércoles en la notaría de Madrid, expedidos por una sociedad que actuaba como banco para Aglomerados Córdoba, compradora del paquete mayoritario de acciones.

Si bien puede parecer que por algunos extremos de las declaraciones de González el acuerdo puede ser complicado, tomando el espíritu final y la disposición, así como por las palabras de Jesús León, la operación tiene visos de retomarse con celeridad.

González pide que León avale con su patrimonio personal la operación, «tal y como hice yo con Prasa», algo a lo que está dispuesto León, «si las condiciones son las mismas que Prasa le puso a él, es decir, un pago a cuatro años teniendo en cuenta», recuerda el montoreño, que «yo tendré que pagar 5,5 millones y no uno, como él». El otro punto de disputa es el de dichos talones, expedidos por esa «sociedad que actúa como banco» y sobre los que no hay «ningún problema en que sean expedidos por Aglomerados Córdoba», entendía anoche Jesús León. González dice en un momento de la conversación que «el señor León me tiene que garantizar la operación y si me la garantiza empezamos a hablar de nuevo; lo demás, todo igual». Por su parte, el montoreño está dispuesto, pero «como dice González, en las mismas condiciones que tuvo con Prasa, incluido el tiempo. Y eso, que la situación deportiva no tiene nada que ver. Él lo cogió en Segunda y ahora está con un pie en Segunda B». Pese a todo, hay opciones de acuerdo.