Leo Messi tiene complicado evitar sentarse en el banquillo de los acusados por haber defraudado a Hacienda 4,1 millones correspondientes a declaraciones del IRPF de los años 2007, 2008 y 2009. El juez de Gavà, Manuel Alcover, decidió ayer desoír a la fiscala Raquel Amado, que pedía que se archivara la causa contra el astro azulgrana y siguiera solo contra su padre, Jorge Horacio Messi. El magistrado acordó que el proceso debe continuar para los dos, tal y como requirió el abogado del Estado, que representa a la Agencia Tributaria. El delantero tenía una cosa a favor para evitar el juicio: haber consignado en el juzgado cinco millones para saldar esa deuda y regularizar su situación tributaria hasta el 2013 pagando otros 53 millones de euros. Pero ni eso le ha salvado de la quema y podría sentarse en el banquillo.

El auto, que da por finalizada la investigación y mantiene la imputación de Messi y de su padre, es contundente: "Existen indicios suficientes para considerar que Lionel Messi podría haber conocido y consentido la creación y mantenimiento de una estructura societaria ficticia, que tenía como única finalidad eludir el cumplimiento de sus obligaciones tributarias derivadas de los ingresos generados por la explotación de sus derechos de imagen".

El juez Alcover detalla que para considerar que un imputado ha participado en este tipo de delitos "no es necesario que tenga pleno conocimiento de todas las operaciones contables o societarias, ni la cuantía exacta de lo defraudado", sino que basta con "que conozca la finalidad defraudatoria y la consienta". Y es que el escrito del instructor sostiene que Messi es quien generó los ingresos ocultados a Hacienda y "disfruta" de ellos, siendo además la persona que tenía la obligación de declararlos. Asimismo, firmaba personalmente los contratos en los que se cedía el uso de su imagen para fines publicitarios.

TRES DELITOS El juez considera que hay una "probabilidad razonable" de comisión de tres delitos contra la Hacienda Pública, puesto que Messi, como obligado tributario, y su padre, como representante, dejaron de pagar 4,1 millones. Para burlar al fisco, crearon empresas de "nula actividad" en paraísos fiscales.

También tacha de "irrelevante" que los Messi hayan consignado judicialmente las cantidades presuntamente defraudadas, sin perjuicio de que tal circunstancia pueda comportar, en un futuro, una rebaja de la pena que pudiera imponérseles, por haber desembolsado la cantidad adeudada el 14 de agosto del 2013, dos meses antes de su citación judicial, y hayan reconocido los hechos. El padre del jugador admitió ante el juez que controlaba la gestión económica de los derechos de imagen de su hijo y que este se limitaba a seguir sus indicaciones y a firmar los documentos. Messi explicó, en cambio, que desconocía cualquier aspecto relacionado con los ingresos que obtenía por los derechos de imagen y que de esta cuestión se encargaba su padre, en que confiaba plenamente.

El magistrado también resta importancia a que el jugador haya regularizado su situación respecto a los ejercicios posteriores. En cambio hace hincapié en su auto en cada uno de los contratos firmados por Messi y destaca que el jugador es socio de la mercantil Jenbril, domiciliada en Uruguay, una de las empresas que componen la trama.