Si la sesión de entrenamiento del lunes fue más bien liviana, de recuperación del partido del domingo, este miércoles, tras la jornada de descanso de ayer, ha estado marcado por la intensidad. Tras los habituales rondos y ejercicios de pase, presión y centro-remate, Luis Miguel Carrión, entrenador del Córdoba, dividió a la plantilla en tres equipos de siete jugadores cada uno, en un tercio del terreno de juego de la Ciudad Deportiva blanquiverde.

La primera plantilla al completo, con las excepciones de los lesionados Héctor Rodas y Domingo Cisma, y con la novedad de Carlos Caballero (de baja hasta este miércoles por el fallecimiento de su madre, ocurrido la semana pasada), disputó un triangular en el que se mezclaron en los tres conjuntos teóricos titulares con suplentes.

El técnico barcelonés exigió que trabajasen "a tope", y sus hombres así lo hicieron. La intensidad fue máxima durante los 40 minutos que transcurrieron en 6 partidillos, en los que destacaron especialmente Pedro Ríos, Javi Galán, Caro (con varios goles y una labor defensiva férrea), Javi Lara (con dos trallazos al larguero desde lejos, que provocaron el aplauso del par de decenas de aficionados presentes en las gradas), Juli (con una jugada en la que dejó sentado a Deivid antes de pasarla a placer a Samu) y Rodri.

Precisamente los dos últimos, Juli y Rodri, sufrieron sendos percances producto de la presión y diligencia máxima que pusieron los futbolistas cordobesistas. El extremo alcoyano se torció un pie él solo, tras regatear a un compañero en el partidillo, que acabó con gestos de dolor, a menor ritmo que el resto y descolgado en defensa.

Rodri, por su parte, se lastimó durante el penúltimo ejercicio, en el que los delanteros debían rematar centros colgados por los laterales y ante la oposición de los centrales. Fue durante un remate cuando el soriano se tocó el pie derecho y finalmente, entre gestos de dolor, se echó al suelo, precisando la asistencia de los fisios del equipo. Aunque se reincorporó y participó en el triangular, lo hizo entre visibles molestias y tocándose varias veces la pierna.

Aunque ambos completaron la sesión y no se retiraron, fueron víctimas de la fuerte intensidad demostrada por el equipo, que se ejercitó a tope con la mente puesta en el partido que este domingo (a las 20:30 en El Arcángel) le enfrentará al Oviedo, en un encuentro que de ganar significaría la salvación virtual del Córdoba.