Como en todo en lo que puedan existir problemas o dudas por una gestión dudosa, el Córdoba dio ayer la callada por respuesta al ser requerido por los motivos por los que Jorge Romero sigue sin aparecer -y, por lo tanto, sin ser inscrito- como entrenador del filial blanquiverde.

El joven entrenador cumplió ante el Linares, el pasado domingo, su tercer encuentro sin poder sentarse en el banquillo y, por lo tanto, sin aparecer en el acta arbitral desde que el club decidiera destituir en el puesto a Carlos Losada. Desde entonces, el encargado de prensa del segundo equipo, Salva Romero, ha sido el designado para sentarse en el banquillo, ya que fue nombrado también segundo técnico de Jorge Romero. Pero Salva Romero no posee la titulación requerida, por lo que consta como encargado de material. En ese caso, ningún problema, más allá del detalle.

Pero sí existe inconveniente en lo que se refiere a presentar un equipo sin entrenador, ya que el reglamento permite 15 días que concede de margen la RFEF antes de inscribir al sucesor del técnico destituido. Aparentemente, algún problema burocrático ha debido sufrir al estar inscrito anteriormente Jorge Romero como miembro del cuerpo del primer equipo como scouting (de hecho, así continúa apareciendo en la web del club), pero el caso es que el club no ha logrado, hasta ahora, revertir la situación, por lo que en la próxima jornada, en la que el filial visita la Nueva Condomina, el Córdoba podría ser sancionado -si no lo ha sido ya- con los primeros 600 euros. Si la situación persiste, la cuantía de la multa se incrementará a 1.200 euros (segunda semana), 1.800 euros (tercera), 2.400 euros (cuarta semana) y 3.000 euros (quinta), incrementándose a partir de entonces en 1.000 euros cada semana hasta un máximo de 30.000 euros.