De repente, el reloj marca 20 minutos. El tiempo vuela cuando al otro lado del teléfono se oye la voz argentina. Los ojos de Jorge D'Alessandro (Buenos Aires, 1949) han visto tanto que saltan de un lado a otro, siempre en primera persona, para hacer del fútbol una filosofía que hoy intenta implantar en el colista de Segunda, el Nástic.

--¿Qué le dice a sus jugadores para mantenerles el ánimo?

--Que mientras hay vida hay esperanza y que le debemos un respeto al fútbol. Y más ahora, que somos el ojo de toda España porque no hay Primera. Hay que cuidar la imagen.

--¿Qué le parece el revuelo ante tanta suspicacia por amaños?

--Si no existen, se crean para buscar movidilla. Es la salsa del fútbol; no lo podemos evitar. Hay que dejarlo así. Lo que me extraña es que tantos clubs en bancarrota, que no tienen ni para el agua caliente, opinen de primas a terceros. Habrá líos, equipos que no puedan pagar las fichas. Y más de uno.

--¿Se ha encontrado muchos problemas en Tarragona?

--A mi edad solo me preocupa mi libertad, mi inspiración y mis ganas de trabajar. No me preocupa si cobro o no cobro; dirijo por vocación.

--¿Le queda mucha inspiración?

--Sí, porque me encuentro en vanguardia en cuanto a metodología, investigo. El fútbol no es cuestión de ser entrenador joven o viejo, sino de tener ilusión y en eso no me gana nadie.

--¿Qué ha aprendido en el Gimnástic?

--He aplicado nuevas cosas, como el pres--perdida , que aplica el Barcelona, he visto los entrenos de Bielsa, tengo mucho diálogo con Tito Vilanova, que fue jugador mío en Figueras y Elche. Es el auténtico brazo armado del cuerpo técnico de Guardiola.

--¿Cómo ve la Segunda?

--Muy igualada. Me ha gustado el Córdoba y su propuesta. Puede llegar al play off. Es innovador, con una movilidad tremenda, un juego muy fuerte por bandas, circulación y presión.

--Aquí hay quien dice que va en línea descendente. Le debe entrar la risa al oírlo.

--Bueno, es que la gente se hace muchas ilusiones, pero con el presupuesto que tiene, lo que ha hecho es muy bueno.

--¿Usted acepta la crítica?

--La crítica es el primer impulso de la creatividad, porque es la que te desenmascara de tu inmovilismo. Te crees que estás ahí y te dicen, ¿cómo?

--¿El fútbol es psicología?

--Mucho, pero eso se puede lograr si estás muchos años en un equipo. El Barcelona trabaja el pres--pérdida desde los cadetes. Pero hablarle a un jugador mío del pres--pérdida cuando a veces alguno no lo ha visto en su vida... Es más difícil trabajarlo. Eso es lo que yo llamo filosofía o cultura futbolística. El éxito de Bielsa ha sido tener un equipo de 21 años; la información que ha dado, aunque costó al principio, al final caló porque la materia prima era permeable. Pero si Bielsa coge al Levante, a los dos meses mata al equipo.

--¿Cómo se aplica el 'pres--pérdida'?

--Usted quiere driblar, se le va la pelota y en vez de quedarse parado y retroceder, continúa presionando. Es una acción individualizada que el jugador realiza de forma inconsciente.

--¿Con qué fútbol se identifica?

--El italiano no me gusta.

--¿Ese no lo ve?

--¡Sí! Suelo verlo para saber lo que no me gusta. Lo veo muy parado en el túnel del tiempo. Me gusta la Premier, algo de Portugal, veo mucho en España, a los juveniles... Tengo un apetito insaciable.

--¿Qué sueño le queda por cumplir?

--La dirección del fútbol base. Coger cadetes, juveniles y filial, entrenar a la misma hora, con el mismo patrón, con la misma metodología y transferirlo al primer equipo. Creo que se puede lograr. Lo único que falta son profesionales y clubs decididos.

--¿Y esos clubs existen?

--¡Evidentemente, no les queda otra alternativa! Si cada vez es más caro comprar jugadores, ¡créalos! Es cuestión de enseñarles, de tener los maestros. El fútbol no es solo Cristiano Ronaldo y pagar 20 millones por un jugador; hay que fabricarlos.