A pesar de estar situado como colista de Primera División, el Córdoba afrontará el encuentro del próximo sábado con una ilusión renovada, que además tiene nombre y apellido: Miroslav Djukic. El debut del serbio en El Arcángel será mirada con expectación y esperanza. Es el hombre llamado a reconducir el camino de los cordobesistas por la máxima categoría y cuando aún quedan 30 jornadas por delante y un mercado invernal de fichajes de por medio, el futuro, al menos en las próximas jornadas se verá de diferente color. Muy distinto al horizonte con el que llega la Real y su jefe de vestuario, Jagoba Arrasate.

El de Berriatua ha pasado como técnico por todas las categorías del club donostiarra tras una corta carrera como jugador por equipos con poco brillo del fútbol vasco. Tras pasar por los dos equipos juveniles del club txuri urdin fue ayudante del francés Montanier en la que sería última temporada de este con la Real Sociedad. De hecho, en el club guipuzcoano vieron su ascenso a la primera plantilla como una continuidad en juego e intenciones de Montanier y en la temporada pasada lo cumplió. No lo tenía nada fácil, después de que su antecesor metiera al equipo en la última plaza que daba derecho a pelear en la Liga de Campeones, pero el joven técnico también brilló al clasificar a la Real para la Liga Europa. Sin embargo, esta temporada las cosas empezaron a torcerse desde el principio. Precisamente en competición europea quedó apeado a las primeras de cambio por el Krasnodar ruso.

En Liga, la trayectoria también se inició de manera tortuosa y el triunfo ante el Real Madrid por 4-2 (único que ha logrado hasta ahora) no tapó los problemas que acucian al técnico vasco, que está siendo contestado ante las modificaciones que ha hecho al sistema (pasó de un 1-4-3-3 a un 1-4-2-3-1) y no cuenta como titulares indiscutibles con hombres reclamados por la grada, como Chory Castro.

Sin embargo, algunos números señalan a la falta de definición en los metros que sufre esta Real Sociedad, que es el tercer equipo que más remata a puerta de toda la Liga, tan solo superado por el Barcelona y el Real Madrid. Los de Arrasate han disparado en 123 ocasiones a la portería contraria (una media de más de 15 disparos por encuentro); por hacerse una idea, el Córdoba es el penúltimo en esa estadística, con 69 lanzamientos (algo más de ocho por encuentro, prácticamente la mitad que su rival del sábado).

Sin embargo, de esos 123 intentos, tan solo 59 han finalizado entre los tres palos y de éstos, prácticamente la mitad (26) han sido remates de cabeza. Siendo unos números no excesivamente brillantes aunque sí buenos en cuanto a producción, lo cierto es que los de los blanquiverdes son mucho peores, ya que de esos 69 intentos, tan solo 32 han encontrado la zona entre los tres palos; de ellos, 13 de cabeza. A pesar de esas cifras, los donostiarras llegan a El Arcángel con tan solo cinco puntos, gracias principalmente a esa victoria ante los merengues, con cinco derrotas en el casillero y con el crédito de su entrenador agotado salvo resultado claro a favor. La prensa guipuzcoana se hacía eco en estos días de que el presidente realista, Jokin Aperribay, se había reunido en un restaurante de San Sebastián con su más que posible sucesor, Juande Ramos. Una derrota en El Arcángel activaría el proceso de relevo, incluso un empate con malas sensaciones tampoco dejaría en buen lugar a Arrasate, que además es sabedor de que los antecedentes de la Real en el coliseo ribereño no son ni mucho menos halagüeños, por lo que tiene claro que o logra el triunfo o dice adiós.