Si existe ese Dios en el que Stephen Currycree con fe absoluta, el propio base de losGolden State Warriors es uno de sus milagros. Al menos en una cancha. Esta semana los de Oakland firmaron el mejor inicio de temporada en la historia de la NBA, sumando ante los Lakers su 16ª victoria, y en el centro de la maravilla 'warrior' está el número 30, un jugador de 27 años que, en su séptima temporada en la NBA y solo seis meses después de alzarse con el título de MVP y llevar a los de Oakland a su primer anillo desde 1975, sigue dejando a todos boquiabiertos mientras va mejorando sus propias estadísticas: 32,1 puntos por partido, 5,1 rebotes, 5,9 asistencias...

Algunos números del base que en las dos últimas temporadas ha batido récords de triples son ligeramente mejores que los de Michael Jordan a las mismas alturas de carrera y sin que por primera vez se vea como un sacrilegio (aunque para algunos siempre lo será), ya hay quien pone a los dos en la misma frase. Lo hizo Kevin Garnettdespués de que Curry anotara 46 puntos a sus Timberwolves. «Igual que Jordan era algo totalmente diferente, este chico es único -tuiteó-. Es bello para el baloncesto».

Steve Nash, que asesora a los Warriors, ha mantenido una sabia distancia al declarar que «no compararía a nadie con Michael Jordan», pero, diciendo sin decir, le da a Curry un espacio en el altar hasta ahora intocable.

«Steph se está volviendo una categoría histórica en sí misma, está en el mejor momento de su carrera y estará unos años más. La forma cómo mejora y el nivel al que juega es... como nadie más. Su capacidad de hacer tiros y a la vez manejar las tareas de crear jugadas es histórica -ha declarado el que fue base de los Suns-. Creo que será difícil encontrar un jugador con más talento en la historia de este deporte».

MALABARES

El 'milagro Steph' se edifica en más que números. Ahí está su arte en la cancha, que llevaba a 'The New York Times' a dedicarle un reportaje en que bailarines de ballet analizaban su inmensa capacidad de movimiento y coordinación, aparentemente sin esfuerzo. «Es como un mago haciendo malabares con el balón cuando está a un metro del suelo», decía el director artístico de la compañía de ballet de Oakland,Graham Lustig, maravillado por la capacidad de Curry de improvisar, de driblar, de crear algo nuevo en cada jugada. «Parece que se mueve en una dimensión ligeramente diferente a la del resto».

No todos creyeron siempre que en esos 1,91 metros y en un físico que no destacaba por su gran capacidad atlética había una superestrella que, como se ha dicho, tiene «una eficiencia ofensiva que desafía la lógica». Cuando Curry acabó el instituto, ninguna universidad le ofreció una beca, ninguna salvo Davidson, en Carolina del Norte, donde vieron el potencial de un talento sutil que ahora es evidente: la atención a cada detalle, la gran disciplina y la ética de trabajo, el entrenamiento incansable, la superación de debilidades...

LOS WARRIORS ADELANTAN A LOS KNICKS

En el 2009 Curry estaba en el draft de la NBA. Su agente y su padre,Dell Curry, que jugó 16 años en la liga, querían que fuera a losKnicks, pero se adelantaron los Warriors, que entre 1995 y ese 2009 no habían llegado a los 'play-offs'. Su suerte había cambiado con esa séptima elección. Empezaba a nacer la estrella.

Un tobillo derecho dado a las lesiones hizo tambalear la fe en Curry en la temporada2011-12, en la que se perdió 56 partidos. Quizá por esoNike, al año siguiente, ni siquiera igualó una oferta irrisoria para los términos habituales en la NBA (cuatro millones de dólares) y fue Under Armour quien fichó y lanzó el Curry One. En algunos modelos la lengüeta lleva el número 4.13, referencia a un verso bíblico también parcialmente bordado. «Todo lo puedo» (en Cristo que me fortalece). Las ventas se dispararon. En Nike aún deben estar haciéndose cruces.

Casado con su novia de la universidad y padre de dos hijas, Curry lo mismo juega al golf con Barack Obama que fuerza a la NBA a organizar una conferencia de prensa internacional. Hambriento de más anillos («la sensación embriaga») mantiene una humildad y una accesibilidad que impresionan y sigue dejando sin palabras. Cuando preguntaron a Jeff Hornacek si ha visto algo como Curry, el técnico de los Suns solo acertó a decir. «No, es ridículo».