Kroos echó por tierra un nuevo intento de La Roja por ganar autoestima, esta vez ante la actual campeona del mundo. Los chicos de Del Bosque derrocharon ilusión y entrega, pero eso no le alcanzó ante un rival con muchas bajas y que pese a estar muy lejos del nivel exhibido en Brasil, se llevó un triunfo al final con el tanto del jugador madridista (0-1) que no conseguía desde el año 2000.

La admiración que profesó Joachim Löw, seleccionador alemán, hacia el juego de España, de la que dijo que es la referencia desde el 2008, quedó patente en su sistema. Con cinco defensas, una línea de cuatro por delante, y con Götze como única amenaza La Roja no tuvo reparos en hacerse con el balón.

Si bien es cierto que ese control apenas daba frutos, sí servía para achicar las opciones del conjunto alemán, que entró en el partido más preocupada de no sufrir ningún daño que de mostrar su jerarquía y su última estrella lograda en el Mundial de Brasil. De aquella final ante Argentina, por Balaídos solo se vio a tres titulares: Höwedes, Kroos y a Müller. De este último se encargó Ramos, que le sacó del encuentro en el minuto 22 después de propinarle un golpe en la espalda.

En medio de la lluvia, que poco a poco se tornó en torrencial, Nolito, que debutaba en su campo, le dio ritmo al ataque español. A su lado Morata mostraba una gran movilidad, mientras que Isco dirigía la sala de máquinas con mucho mimo para no recibir la queja de Del Bosque por su empeño en adornarse. Sí lo hizo Nolito en un disparo a media vuelta que hizo lucirse al meta Zieler.

Al juego de España le faltaba recorrido por las bandas y le sobraba tráfico por el centro.

Enfrente, una Alemania a medio gas ni perdía su sello ni su sitio en el encuentro. Tampoco rehuía salir en busca del área rival. Lo hizo Götze, que provocó una gran intervención de Casillas tras un fuerte disparo (m. 20). Luego, pasada la media hora un centro de Bellarabi, que entró por Müller, ponía de los nervios a la defensa española. Piqué puso la calma en un despeje providencial ante el impetuoso Bellarabi. El central azulgrana fue titular pese a sus molestias en la espalda, lo que provocó que el fisio no se separara de él en el calentamiento.

En medio del diluvio, el desgaste del equipo español apenas dio otro fruto que dotar al pulso de cierta alegría, que Alemania trató de cortar en la segunda mitad, ya con otro dibujo que apuntaba al adelanto de sus líneas y a una mayor presencia en el área de Casillas. Götze dejó de ser una isla y el choque fue otro. Con Albiol y Bartra de centrales en la segunda parte, y con Camacho por Busquets, La Roja no se amilanó. Lejos de pensar que enfrente estaba el actual campeón del mundo, los chavales de Del Bosque siguieron derrochando descaro, con Nolito empeñado en poner la bandera del gol en Balaídos.

Alemania bajó el pistón para centrarse en frenar a su rival. Antes del final hubo tiempo para el de debut de Casilla, que tuvo el borrón del gol de Kroos. El alemán marcó con un disparo con la derecha que botó delante del meta del Espanyol. Un error y un premio excesivo para la campeona del mundo.