He hablado con todos, pero no uno por uno. Tampoco tengo que dar muchas explicaciones". Es el único detalle que dio Miroslav Djukic el pasado jueves en la sala de prensa de El Arcángel tras dar la convocatoria y confirmar que Ghilas se quedaba fuera de la misma después de que el club abriera expediente al francoargelino, a Rossi, a Bebé y a Krhin por la salida que tuvieron hasta primera hora de la mañana del domingo, tal y como informó este periódico en su edición del pasado martes. Es cierto que el técnico serbio habló al grupo y éste optó por el silencio, salvo en un caso: el de Nabil Ghilas. Según el relato de algunos de los presentes, el internacional argelino sí contestó al preparador cordobesista delante de todos, argumentando que, a pesar de ser un error, él estaba cumpliendo totalmente con los objetivos deportivos individuales que se le habían marcado a su llegada y que su vida privada era, precisamente, privada, además de recordar que llevaba anotados siete goles con el equipo y que no se podía poner en duda su entrega, máxime cuando el técnico pretendía señalarle solo a él. De hecho, de los cuatro jugadores a los que se les ha abierto expediente, uno incluso llegó tarde al entrenamiento del domingo, y no fue el delantero del Oporto. La respuesta de Nabil Ghilas molestó especialmente a Djukic, por lo que tras el reproche a los cuatro ante todo el grupo tomó la traumática decisión. Luego, mandó un mensaje claro, también en sala de prensa: "No vamos a pensar que dependemos de Florin, o de Ghilas o de Fede. Dependemos del equipo y, si estos trabajan para el equipo, muy bien, también se verá su calidad individual; si no trabajamos para el equipo, entonces somos un desastre todos, empezando por el entrenador". Además, el técnico blanquiverde no ocultó que Ghilas "es un referente y debe dar ejemplo", aunque esa afirmación pudo ir más encaminada a la contestación del francoargelino ante el grupo que al hecho de no cumplir la norma de régimen interno del club, algo que también hicieron sus tres compañeros esa noche y algunos otros a lo largo de la actual temporada.

Nabil Ghilas, desde su llegada, se ha caracterizado por ser de los pocos que hablan claro dentro de la caseta. De hecho, ya tuvo un pequeño rifirrafe con Fede Cartabia, cuando el argentino decidió tirar el penalti ante el Deportivo de La Coruña (que falló) en contra del deseo del pichichi blanquiverde. Luego, tras el calentón del momento, su relación continúa siendo buena.

No es el único inconveniente del pichichi cordobesista, ya que el del peso se ha tornado en un problema recurrente. Este periódico ya informó de sus problemas con el peso, sobre los que el mismo club le dio un toque allá en octubre. El jugador cedido por el Oporto logró ir bajando, como él mismo reconoció en sala de prensa, y estaba algo más cerca de su peso ideal allá por diciembre. El parón navideño no le sentó nada bien y actualmente ha llegado a recuperar, al menos, tres kilos de los que había conseguido rebajar. A pesar de todo, la influencia en el equipo y la necesidad que tiene este Córdoba del juego y los goles de Nabil Ghilas es indiscutible y es lo que quiso reivindicar el jugador ante su técnico y el grupo cuando Djukic afeó la conducta de los cuatro jugadores, a los que tres de ellos se iba a examinar con lupa en Cornellá-El Prat.

Ahí llegó la segunda decepción para el cuerpo técnico y no fue solo por la derrota. Bebé revolucionó al equipo con su entrada tras el descanso, disfrutando de tres ocasiones, una de ellas muy clara al quedarse solo ante Casilla. Cierto es que el portugués no tuvo el punto de mira centrado, pero dio muchos problemas al sistema defensivo de los pericos. Por su parte, Krhin se erigió en el mejor de los blanquiverdes en Barcelona, recuperando infinidad de balones y acaparando parcelas que no le correspondían con el balón en el pie. La decepción llegó precisamente por ahí, ya que el encuentro de Rossi fue un total naufragio. El italiano perdió infinidad de balones y nunca asumió el rol que, en teoría, le correspondía. A pesar de que Djukic quiso darle margen tras el descanso, terminó retirándolo del campo tras una actuación para olvidar.

Con el esloveno y el portugués hizo efecto ese perdón condicionado del técnico. Al italiano, por desgracia, se le vio en la línea de sus últimos encuentros o incluso peor. Y de esa decepción tomó nota el cuerpo técnico blanquiverde. Solo quedará por ver la reacción de Nabil Ghilas, que no suele callarse y le tocará ahora hablar sobre el campo.