El mundo del fútbol ha vuelto a verse salpicado por otro lamentable suceso después de que el choque entre Montenegro y Rusia fuera suspendido dos veces por el lanzamiento de una bengala y, después, por los incidentes en el campo y en la grada. "Es una salvajada jamás vista, una catástrofe y la gota que colma el vaso. Alguien debe decir basta", declaró ayer Momir Djurdjevac, secretario general de la Federación de Fútbol de Montenegro.

Ni la inmediata aparición de los altos cargos del fútbol montenegrino para lamentar profundamente los incidentes del encuentro con Rusia, del grupo G de calificación para la Eurocopa de Francia 2016 y que fue suspendido con 0-0, van a hacer que la UEFA se ablande lo más mínimo. Todo indica que se de por perdido el encuentro por 0-3 a la vez que le imponga una dura sanción a Montenegro.

El secretario de esa federación de ese país ha mostrado su profundo malestar con lo sucedido en el estadio Gradski de Pogdorica, donde se dieron cita 17.000 espectadores. "Esto no lleva a ninguna parte", afirmó Djurdjevac. El secretario general de la federación puso en duda el deseo de los jugadores de su país de acudir a las próximas convocatorias. "¿Qué futbolistas responderán en el futuro si deben jugar en estas condiciones", se preguntaba el federativo.

Djurdjevac fue uno de los testigos directos del lanzamiento de una bengala a Akinfeev, el portero ruso. Solo habían pasado 20 segundos desde el inicio del encuentro, que estuvo suspendido media ahora. Se reanudó, pero tras un dudoso penalti a favor de Rusia y que detuvo el meta Poleksic (m. 67), hubo enfrentamientos entre los jugadores de ambos equipos que derivaron en nuevos choques en la grada y en la suspensión del encuentro.