«Mira, hijo, yo desayuno 1.000 metros de 3.000 soldados cubanos entrenados para matarme y no voy a consentir que ninguna boquita de Harvard, con su amariconado uniforme blanco, venga a decirme cómo tengo que defender a mi país, ¿lo entiendes? No tengo ni tiempo ni ganas de explicarme ante un hombre que se levanta y se acuesta bajo la manta de la libertad que yo le proporciono y, después, cuestiona el modo en que se la proporciono»

[De la película 'Algunos hombres buenos', cuando el teniente Daniel Kafee (Tom Cruise), abogado y gran litigador de la Marina de los EEUU, acorrala al coronel Nathan R. Jessep, comandante en jefe de la base de Guantánamo].

Florentino Pérez vivió el pasado sábado uno de los peores días de su vida. El Barça, el modelo que prometió que superaría y borraría del mapa futbolístico, mediático y económico, arrolló a su Real Madridprovocando, por primera vez en mucho tiempo, que el Bernabéu, además de la dimisión del entrenador, Rafa Benítez, pidiese también la suya. Dos días después, el lunes, Florentino, el caudillo para muchos, el mesías para otros, el amo del club para todos, afrontaba una conferencia de prensa para confirmar al técnico (hizo lo mismo unas semanas antes de despedir a Carlo Ancelotti) e intentar limpiar su imagen.

Un periodista quiso saber si estaba preocupado por el juicio que debía afrontar, 48 horas después, por haber cambiado los estatutos del club, lo cual obliga a los aspirantes a la presidencia a avalar con su patrimonio personal el 15% del presupuesto del Madrid; es decir, unos 90 millones de euros. Solo hay 88 personas en España con esa capacidad y no está claro que las 88 sean madridistas. Florentino se estiró la americana, dirigió uno de los dos micros hacia su boca y, mirando al informador, le dijo: "Yo soy presidente de una compañía con 1.500 empresas, 210.000 trabajadores y 30.000 millones de euros en contratos en curso. Como puede comprender, no estoy preocupado, no. Eso irá para largo».

ATAJAR EL RUIDO

Fueron las maneras y la mímica del coronel Nathan R. Jessep y el periodista debió de sentirse como el teniente Kaffee (que acabó, por cierto, encarcelando al militar). Contrariamente a lo que Florentino suele pregonar, él nunca sale en defensa del Madrid, sino en la suya propia. La del lunes fue la tercera comparecencia pública fruto de tres acontecimientos dañinos para su caudillaje. Y las tres veces trató de atajar el ruido convocando una magna conferencia de prensa. Lo hizo cuando se supo que los capitanes le habían pedido la cabeza de su amigo José Mourinho; repitió la escena cuando se insinuó que Ancelotti podía ser despedido «si no daba la talla en el Camp Nou», y acaba de repetirlo cuando el Bernabéu ha pedido su dimisión.

El lunes, mientras leía el comunicado, todo parecía bajo control. Pero cuando empezó el turno de preguntas, se le vieron las costuras y lo incómodo que estaba. Llegó a decir «yo miento...» en lugar de «yo afirmo…»; sonó amenazador cuando le dijo a una periodista de El País: «¿Puede usted asegurarme que la semana que viene seguirá trabajando en ese medio?»; sonó a excusa de mal perdedor cuando echó la culpa aAncelotti de los malos momentos del equipo «porque esto ya viene de enero pasado», y sonó a broma cuando pidió «respeto y dejar trabajar» a Benítez porque, como señala Roberto Palomar, deMarca, «oír decir a Florentino que debemos respetar al entrenador del Madrid, cuando él los zarandea como y cuando quiere, es como oír hablar de castidad a un actor de películas porno».

ELECCIONES DE INMEDIATO

«Yo estoy convencido de que como sufra dos pitadas más, dos pañoladas más o dos partidos más con cánticos de dimisión, convocará elecciones de inmediato», señala Paco González, de la COPE, uno de los pocos periodistas que tienen el móvil de Flo, junto a José Ramón de la Morena (SER), el gurú Antonio García Ferreras (La Sexta) y Josep Pedrerol (Jugones, de La Sexta), que, el miércoles, abrió su informativo deportivo a todo trapo con la pifia de Iker Casillas ante el Dinamo de Kiev, convencido de que eso le encantaría al presidente.

El responsable de Deportes de la COPE reconoció a este diario que él mismo trató de explicar a Florentino, poco después del 0-4, que los ambientes futboleros son muy volubles y que no se trata de campañas orquestadas, sino de reproducir la realidad del momento.

UN NÚÑEZ BLANCO

«Hubo un tiempo en que a Andoni Zubizarreta solo se le juzgaba porque había fichado a Douglas, a un Vermaelen lesionado y a unMathieu que fumaba. Había dejado escapar a Thiago y había perdido a Kroos. Y luego nadie recordó a Zubi cuando el Barçaconquistó el triplete con las paradas de Bravo, los goles de Suárez, las cabriolas de Neymar y el despliegue físico de Rakitic.

En el estadio del Atlético, en tiempos se oía '¡Gil, cabrón, fuera delCalderón!' y, ahora, '¡ole, ole, ole, Cholo Simeone!'. ¿Quién fichó al 'Cholo'? Gil Marín. Y cuando el Real Madrid ganó la 'décima', nadie se atrevió a criticar la ausencia de modelo deportivo. Eso es el fútbol», le contó González a Florentino, que se ha convertido en el Núñez blanco, un presidente victimista, que solo busca excusas para justificar el fracaso de su modelo mercantilista, galáctico y de cromos.

CALLEJÓN SIN SALIDA

«Florentino ha acumulado una serie de problemas que lo han situado en un callejón sin salida, aunque tal vez volvería a ganar las elecciones, eso sí, ya sin tanto cariño como antes pues los socios y simpatizantes se han hartado de que les prometiera acabar con el dominio del Barça. Y ese timo es el que hizo estallar al Bernabéu tras el 0-4», explicaSantiago Segurola, uno de los periodistas más críticos con la gestión del presidente blanco.

«Florentino tiene una idea mesiánica de sí mismo. Desde hace 14 años se considera el salvador del Real Madrid y su misión es evangelizar al mundo con el discurso madridista. Y le duele tremendamente que se produzca un desafecto hacia su persona. ¡Florentino ganó, en el 2004, con un 95% de los votos y casi lloraba porque no entendía por qué el otro 5% no le había votado!».

Si te paseas tres días por Madrid y hablas con personas del entorno blanco, la idea más generalizada es que Florentino dimitiría antes de perder. No puede entender por qué el madridismo no le está eternamente agradecido por haber salvado al club casi de su desaparición. Ciertamente, cuando él accedió a la presidencia, la entidad rozaba la quiebra y, gracias al pelotazo de 500 millones obtenido con la recalificación de la Ciudad Deportiva de la mano del PP, del alcalde Álvarez de Manzano y del presidente autonómicoRuiz-Gallardón, el club empezó a levantar cabeza. La economía ha sido, sin duda, el fuerte de Florentino.

SÁNCHEZ, EL HOMBRE FUERTE

Todos consideran su gestión, de la mano de su hombre fuerte, el director general José Ángel Sánchez, cuya ficha es ya superior a la media de la plantilla madridista, como inmaculada. «Es evidente queFlorentino -señala otra fuente anónima- no se lleva un duro pero, eso sí, hace con el dinero del Real Madrid lo que le viene en gana». Y no solo en fichajes o entrenadores sino en todo lo que rodea a la entidad, cuyo centro de operaciones es su fabuloso palco en el que, como ha escrito en más de una ocasión Alfredo Relaño, director del diario As, «se celebra, cada 15 días, la boda de la hija de Aznar».

Ese palco, cuya distribución, según algunos, se solía producir en el hallde un hotel madrileño cada mañana de partido alrededor de una mesa en la que Florentino se sentaba con Sánchez ante el plano de los 375 asientos VIP y las 304 butacas de lujo para decidir quién se pone junto a quién, ha generado miles y miles de oportunidades y negocios, además de convertirse en la hoguera de las vanidades de empresarios, banqueros y hasta jueces.

POCAS RESPUESTAS

Es más, en septiembre del 2014, el Consejo General del Poder Judicial estuvo tentado, según contó el diario As, de reformar su código deontológico para impedir a los jueces acudir a los palcos, en clara referencia al del Bernabéu, donde se ha visto a más de un magistrado. «Florentino es ingeniero de caminos, canales y puertos. Es un Ibex-35. Tiene origen político y conoce la fontanería de los partidos, empresas, judicatura y demás, y cómo conseguir las cosas. Toma cientos de decisiones sin pestañear. Gobierna a base de encuestas, admite muy pocas respuestas y no le gusta ser cuestionado. Siempre ha trabajado en clave de poder y puede que el fútbol le parezca un juego de niños», indica otro buen conocedor del presidente blanco.

Ni que decir tiene que la premisa sobre la que se basa toda la gestión, personal, deportiva, económica y de imagen del presidente es que «en este Madrid hay que ser florentinista y no madridista». Pero, sobre todo, la prensa, los medios de comunicación, cuyos profesionales viven con el corazón en un puño al intuir que la amenazante frase lanzada recientemente por Mourinhoa los periodistas ingleses de «a partir de ahora ya no hablaré contigo, hablaré con tus jefes», la aprendió conviviendo con Florentino Pérez. Más del 75% de los colegas con los que dialogué a lo largo de los últimos tres días en Madrid para este reportaje me pidieron el anonimato.

CÓDIGO DE CONDUCTA

Todos los consultados muestran su perplejidad por el hecho de queFlorentino comentase el lunes en su conferencia de prensa que «hay periodistas que han hecho de la mentira algo habitual (…) Esos periodistas, con nombres y apellidos, no deberían tener derecho a escribir esas cosas que no corresponden a ningún código de conducta (…) y no lo voy a consentir».

Muchos de los presentes en la platea (por cierto, no la sala oficial del Bernabéu, pues aquel día estaba alquilada para una presentación de vinos) recordaron a EL PERIÓDICO que Florentino tiene como jefe de prensa del primer equipo a Carlos Carbajosa y como director de Real Madrid TV -un canal que el PP le ha concedido abrir para toda España- a Jesús Alcaide, condenados, en octubre del 2011, cuando ya trabajaban en el club, «por haber imputado a Ramón Calderónhechos delictivos falsos con ánimo de desacreditarle, agraviarle y difamarle (…) con desprecio absoluto a la verdad, careciendo de pruebas y exponiendo los hechos con temeridad». Es una sentencia ratificada por la Sección 16ª de la Audiencia de Provincial de Madrid.

MIEDO A REPRESALIAS

En una de sus comparecencias para defenderse de alguna portada de Marca, Florentino expresó su desazón porque «hay muchos medios que son del Madrid, pero no todos». Flo los quiere a todos a su lado. El miedo a represalias queda reflejado en algún texto de esos periodistas. Esta misma semana, Óscar Sanz escribía un artículo en 'El País' en el que, además de ironizar sobre el hecho de que, tras la gira de verano del equipo por Australia, el imperio que preside Florentino se hizo con un contrato de 216 millones de euros en aquel país, concluía su pieza con una posdata entre paréntesis: «Dicho esto, y a la espera de la llegada de la policía, se despide atentamente».

Y es que Florentino parece haber prometido perseguir a todo el que insinúe que usa alMadrid como embajador o bus turístico de «aquí les traigo a las estrellas», para hacerse con suculentos contratos para cualquiera de las 1.500 empresas que preside. Así que todo indica que la llegada desde la Bundesliga, en su día, de Khedira, Sahin,Altintop y Özil nada tuvo que ver con la adquisición de la constructora alemana Hochtief, de la misma manera que la compra del colombiano James está muy lejos de estar vinculada al hecho de que ACS construirá un tramo de autopista en Colombia por 692 millones de euros. En ese sentido, hay quien compara la vida y ascensión de Florentino a la de Berlusconi o, más recientemente, a la de Mauricio Macri, que ha alcanzado la presidencia de Argentina a través del emblemático Boca Juniors del que fue presidente y propietario. Poder, economía, imagen y fútbol forman parte de su diversión, fama y dinero.

TREMENDOS BANDAZOS

La política deportiva de Florentino Pérez da mucho que pensar dados sus tremendos bandazos, no solo con el tipo de jugadores que contrata, siempre más mediáticos que futbolísticos, sino también por la deriva de modelo de entrenador, ya que sus últimos técnicos son de lo más variopinto. Mítica es su frase «yo no me pongo el chándal porque no me sienta bien, pero he estado tentado mil veces».

Esa montaña rusa deportiva ha hecho de Florentino el mejor presidente blanco de la historia del Barça. Más aún, en el peor presidente blanco, pues, según un dato aportado recientemente por José Sámano en El País, cogiendo como referencia Champions, Liga y Copa, Florentino (7 títulos grandes de 36 posibles) tiene peor porcentaje que Santiago Bernabéu, Luis de Carlos, Ramón Mendoza, Lorenzo Sanz y Ramón Calderón.

EL OJO CLÍNICO

Además del deterioro institucional y el temor a que la hinchada vuelva a pedir su dimisión, Florentino sufre tres traumas. Por un lado, elBarça no deja de crecer y cautivar. Por otro, los culés, no solo poseen al mejor jugador del mundo, Leo Messi, sino también al segundo mejor,Neymar, mientras que Bale no acaba de arrancar, aparcado en el arcén observando cómo se marchita Cristiano Ronaldo. Y, finalmente, Florentino sabe que sus futbolistas no tragan a Benítez, al que llaman el 10 o el chapas, por las palizas y aburridos entrenamientos que les hace padecer.

Esta es la mayor preocupación del presidente ahora pues, conocedor de lo que se cuece en las catacumbas del Bernabéu y en el vestuario de Valdebebas, que se repita o no la pitada depende de que el equipo enderece el rumbo. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, Antonio Gómez, uno de los ayudantes de Benítez, ya expresó el primer domingo de Liga, en Gijón (0-0), su preocupación al salir del estadio: «Pese a estar, por fin, en el mejor club del mundo, con la plantilla soñada y, sin duda, con más medios que nunca antes en nuestra vida, no parece que los jugadores se tomen muy en serio a Rafa».

El ojo clínico de Florentino ya se adivinó cuando, recién promovido Guardiola como técnico del Barça, comentó a sus amigos directivos: «Este es otroLópez Caro», en alusión al efímero parche del banquillo madridista en el 2005. Buena parte de esos compañeros le pidieron un día explicaciones de por qué siempre fichaba delanteros y Florespondió: «Porque el resto de jugadores no valen dinero». Y, a continuación, se gastó fortunas en defensas y centrocampistas sin demasiado sentido.

EL CABREO DE MORIENTES

El estilo Flo queda retratado en la anécdota que el pasado domingo le contó el exgoleador madridista Fernando Morientes al técnico italiano Fabio Capello en la sala de maquillaje de Estadio 1 de TVE. Morientes le dijo que, cuando llegó José Antonio Camacho al banquillo del Madrid (2004), se quiso ir. «No jugaré, mister, no jugaré», le comentó a Camacho. «Fernando, quédate, que jugarás».

Y Morientes se resignó. A los pocos días, Florentino contrataba, ante la sorpresa general, al inglés Michael Owen, Balón de Oro (2001), con la única intención de amargar la existencia a Raúl. «Lo ve, mister, sabía que ocurriría algo así», espetó Morientes a Camacho, ya de mal humor. El goleador acabó en Mónaco y el técnico se despidió antes de empezar, visto cómo actuaba el presidente.

UN SOLO ESPAÑOL

Lo cierto es que el Madrid se presentó el sábado ante el Barça con un solo español (Sergio Ramos) y jugadores de otros ocho países: Costa Rica, Brasil, Francia, Colombia, Alemania, Croacia, Portugal y Gales. ¿Negocio? ¿Merchandising? ¿Audiencia? Alguien le insinuó a Florentino que parecía que James no iba a ser titular y el presidente respondió: «¡Cómo no va a jugar James, si James es América!». Salieron todos los galácticos, incluido el que hasta ahora (ha dejado de serlo, desde luego) era su jugador talismán: Karim Benzema.

DECEPCIÓN CON SU TALISMÁN

Florentino ha sufrido una decepción indescriptible con la conducta y los tropiezos del francés con la ley. «Estaba disfrutando al comprobar que todos los problemas judiciales tenían siempre el mismo destinatario, el Barça (Neymar, Messi, Mascherano, Bartomeu, Rosell), y, de pronto, descubre que el único futbolista que ha dormido una noche en comisaria es su adorado Benzema», cuenta una persona del entorno del presidente blanco, indefenso ante las travesuras de su chico al que públicamente defendió con la boca pequeña.

Y es que las preferencias deFlorentino Pérez y, sobre todo, esa necesidad de que todo el mundo sea más florentinista que madridista, no solo ha alejado del club a las viejas glorias (solo el pusilánimeButragueño sigue a su lado), sino que ha convertido en un esperpento la figura de los tres exfutbolistas blancos que hacen de comentaristas en Real Madrid TV: José Luis Morales, Paco Pavón -sí, el de los «Zidanes y Pavones» de Jorge Valdano- y Miguel Palencia, un futbolista que ni siquiera llegó a debutar en elBernabéu. La tele también los quiere florentinistas y no madridistas.

TODO A SU SERVICIO

Todo está en el Real Madrid al servicio de Florentino Pérez. Incluso los altavoces, incluso la megafonía. Y, buena prueba es que, en el pasado curso, cuando el Schalke-04 estuvo a punto de eliminar al equipo de la Champions (3-4) en el Bernabéu, Flo toleró que la afición abroncase a sus jugadores y a Ancelotti al término del partido mientras que, el pasado sábado, ordenó subir la megafonía hasta estallar los tímpanos de los espectadores, para tapar los gritos de «¡Florentino, dimisión!» de buena parte del estadio.

Son muchos los que piensan que al presidente del Madrid le va como anillo al dedo la frase de François Marie Arouet, por todos conocido como Voltaire, cuando dijo que «quien cree que el dinero lo hace todo, termina haciendo todo por dinero».