Resulta que fue real. Tienes que mirar el móvil varias veces para asegurarte, que aún estás despistado y la cabeza te sigue dando vueltas después de anoche, pero el domingo, a última hora del día, todo parece más claro.

Después de tanto... No terminas de creértelo. Ya hasta tenías planes para junio, te habías hecho la idea de que fue una noche y nada más, lo habías asumido, lo habías incluso odiado porque a ti te parecía muy fácil y creías que la otra parte no quería, o que no había puesto todo de su parte, que tú te volcabas y no veías reciprocidad. Te llegó a cabrear muchísimo, pero cuando te has levantado, da igual la resaca y que no haya suficiente agua en el frigorífico para saciar tu ansia por beber, da igual que los vasos estén sin fregar y la mesa pegajosa, da igual que hayas tirado la mitad del día en la cama, porque cuando te levantas encuentras una flor debajo de la almohada. Es todo lo que necesitabas. Vuelve el cosquilleo.

La flor es silvestre, del Pirineo, esa montaña que tanto te gusta y a la que vuelves todos los años. Lo dijimos en su día, no hace mucho, que el Huesca nunca debería bajar a Segunda B; noches como la de ayer lo corroboran. Girona también es otro bonito sitio. Podría ser un buen lugar para iniciar un viaje.

El viaje hay que ganárselo.

Un partido de fútbol es aburrido. Pero se torna interesante si hay cinco a la vez. Vuelve el cosquilleo y esa añorada sensación de estar pendiente de lo que pasa en Pamplona, en Zaragoza, en Girona... La radio, la tele, internet, todo mezclado, y por ahí el fútbol recobra su sentido.

Ya no recordaba lo que eran nervios por el Córdoba.

La mesa continúa pegajosa, el supermercado está cerrado, a ver qué inventas de comida, y las colillas en el fondo de los vasos te ponen nervioso. Pero miras el móvil, lo miras una y otra vez porque la imagen que tienes es muy bonita. Aunque tampoco quieres confiarte. Lleváis tres noches muy buenas, pero la Feria se ha acabado. Ahora queda lidiar con la rutina. Una tarde, a plena luz del día, cara a cara; sí, que se te vea bien la cara.

Te metes en internet para deleitarte con las fotos de la noche, para ver comentarios, los mismos que rechazas en los días malos, lees con avidez todo, lo de aquí y lo de allí, le das al Me gusta, al corazón, que no se te olvide dar las gracias a quien lo hizo posible.

Estás empezando, pero ya quieres ir más allá, quieres imaginar el futuro, recordar lo increíble que fue hace dos años. Sabes que no será como la primera vez, pero sí que lo vas a recordar siempre, porque tampoco estás acostumbrado a tantas alegrías.

Se acaba la Feria, desmontan, quedan algunos charcos y farolillos en el suelo, parece que haya pasado una eternidad desde que empezó. Pintaba tan mal...

¿Mira que si al final lo que parecía un ligue de una noche acaba en boda?