Como en tantas otras cuestiones, la UEFA (es decir, la federación europea) y la FIFA (la mundial) no van de la mano. Lo que para Michel Platini es válido, no lo es para Joseph Blatter. El último caso de divergencias tiene como protagonista Gibraltar, la última federación admitida, aunque fuera a la fuerza (por una resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo, el TAS), por el organismo presidido por el exfutbolista francés. El enclave británico fue admitido por la UEFA en mayo del 2013 y ya está jugando las eliminatorias para la Eurocopa del 2016 (eso sí, sin coincidir en el grupo con España, opositor declarado de la aceptación del territorio del peñón) y también los torneos continentales de clubs. La FIFA, presidida por Blatter, ha rechazado en cambio aceptar como miembro a Gibraltar "de acuerdo con el artículo 10 de los estatutos", que entre otras cosas exige a los miembros de la feederación internacional ser "un estado independiente reconocido por la comunidad internacional". Las excepciones son las cuatro asociaciones británicas, reconocidas como miembros separados de la FIFA desde su creación. "Gibraltar no puede ser aceptada como miembro de la FIFA porque el solicitante tiene que organizar y supervisar el fútbol en un país y ser un estado independiente de acuerdo a los estatutos de la FIFA", recordó Blatter en Zúrich.