Fiesta. Para los cordobeses. Para los cordobesistas. Para los que son lo primero y también para los que aseguran ser lo segundo pero continúan mirando así, como de reojo, con desconfianza, con un "yo soy el socio número (añádase la cifra) y he visto de todo". Luego, en público, intentan disimular y subirse a la ola antes de que esta se los trague. Porque este Córdoba CF ha de convencer incluso a los propios, esos que aunque llaman a los ajenos lo hacen con la boca pequeña, esperando ese silencio momentáneo de la desilusión ("ya lo decía yo") o intentando sembrar la desesperanza ("no hablemos de ascenso"). Dos tercios de campeonato y el equipo durmiendo en cuarta posición. Igual hay que hablar de eliminatorias o ascenso en la jornada 41. Ahí aparecerán a lo Sandro Rey sin peluca, a modo de videntes. Tiempo de retratarse. Tiempo de apuntarse definitivamente. ¿Tener fe? Este equipo ya no necesita la fe de los suyos, porque ha demostrado palpablemente hasta dónde es capaz de llegar, lo cual no significa forzosamente que lo logre. Pero tiene capacidad. Así, más que fe, es una entrega a la demostración empírica de los hombres de Jémez cada semana. Para entendernos: no hay que seguir un ente etéreo porque alguien asegure que existe un dios a las orillas de El Arcángel favorecedor de todo sueño posible para con lo blanco y verde, sino que esa convicción viene provocada por la demostración de este Córdoba día a día, semana a semana. Números, juego, perseverancia, alternativas, herramientas de superación, capacidad de creación... Fútbol. Posiblemente por ello y a alguna ayudita añadida casi 15.000 almas se dieron cita en el coliseo ribereño para demostrar que este equipo no está solo. Incluso ha sido capaz de generar más que sus antecesores de las últimas campañas para provocar una masiva afluencia a El Arcángel. Casi 15.000. Espectacular el instante del himno. Y si se dijo durante la semana, cada día desde el lunes, que se viviría una fiesta, el equipo de un Paco Jémez que crece exponencialmente con los suyos no defraudó, a pesar de algún augurio interesado, y se sobrepuso a los problemas, fueran coyunturales o no. Y no fueron pocos.

Porque el Córdoba no saltó al césped de El Arcángel siendo él mismo. El equipo que incluso atrancado es capaz de levantar el ánimo de su parroquia y, a veces, cuando juega de visitante, hasta el de la parroquia rival. Le faltó chispa, frescura, claridad de ideas y hasta cierta fluidez. Pero es la grandeza de este grupo. En ocasiones ha cuajado obras impresionistas, pero hasta en los cuadros con tonos más grises deja un destello, quizás dos, de colorido. Y ante un enemigo que solo vino a defenderse (el Huesca pasó la línea del centro del campo por primera vez en el minuto 16) es suficiente. No hubo arreón inicial, ni acogotamiento del enemigo por clara y manifiesta superioridad en el juego como en partidos anteriores. Los hombres clave para ello como Borja y Caballero, principalmente, o López Silva, más intermitente aunque suficiente, dejaban a los blanquiverdes como un equipo con alma, con corazón... Y con vida gracias a Fernández y a Airam. El canterano subió la banda en una jugada iniciada desde atrás y el canario remató con instinto de nueve , de goleador, de killer . El penalti y otra ocasión clara fallados por el doble anotador ayer ayer no desmerece su partido. Un punto más de físico y Jémez tiene una afiladísima punta de lanza.

El bajón en la fiesta vino provocado por la lesión de Gaspar. La salida del capitán pareció dejar en depresión al grupo como si se hubiera ido el alma del guateque. Pero también, insistimos, faltó chispa física y sobró alguna irresponsabilidad como la de David Prieto. Siempre será mejor la posibilidad de encajar un gol que cambiar esta por un penalti y dejar el equipo con uno menos. Camacho no falló a pesar de que Alberto García, nuevamente salvador con una mano a Antonio Núñez minutos antes, le adivinó el lanzamiento. Todo se compensó unos instantes después con las mismas circunstancias pero en el área contraria. Corona se iba a la ducha antes de tiempo al igual que el central blanquiverde y Airam marraba la pena máxima. Pero la grandeza de este equipo es que incluso en la irregularidad, enmedio de momentos grises y lastrado por innumerables --y confiemos que puntuales-- problemas físicos como los tuvo ayer, aparece de nuevo un López Silva para dejar un trazo de su calidad a modo de asistencia a Airam. El onubense no quiso que la fiesta decayera a pesar del adiós a la misma de Gaspar y Caballero, y el canario tuvo instinto asesino, ese que tanto se le ha reclamado a este equipo desde el inicio de campaña. El gol final de Borja García no hacía sino certificar que el Huesca era un enemigo menor. Tanto que ante un Córdoba a medio gas por problemas externos (y quizás alguno de programación interna) es capaz de superarle con solvencia y garantía.

Al final la fiesta fue completa, aunque con algún vaso roto. Jémez tiene vajilla para recomponer y ya lo ha demostrado. Queda alguna juerguecilla más. Llegan Charles y Hervás o Ximo como central. Mientras los Sandros Rey o Aídas con sus llamativos decretos sobre el futuro juegan alyoyalodijismo la mayoría de los 14.409 de ayer (y más) prefieren agarrarse a la realidad que ven y disfrutar. Y soñar.

Estadio: El Arcángel

Asistencia: 14.409 espectadores

Terreno de juego: Bien

Alberto García (1), Fernández (17), Gaspar (4), David Prieto (22), Fuentes (3), Borja (10), López Garai (14), Caballero (21), Fede Vico (29), López Silva (19) y Airam (24).

Cambios:

Alberto García (20) por Gaspar en el 39', Ximo Navarro (15) por Vico en el 61' y Dubarbier (16) por Caballero en el 73'.

Luis García (30), Llamas (23), Corona (20), Rivas (16), Sastre (2), Sorribas (15), Camacho (10), Núñez (7), Rosas (4), Omar (14) y Roberto (9).

Cambios:

Jorge Larena (11) por Sastre en el 45', Josetxo (17) por Omar en el 61' y Tariq (18) por Rivas en el 73'.

LOS GOLES

1-0 (28') Buena jugada por la derecha iniciada por Gaspar. Fernández sube y lanza un gran centro que remata sobre la marcha Airam.

1-1 (51') Camacho, de penalti de David Prieto sobre Roberto.

2-1 (64') Airam supera un mano a mano ante Luis García tras gran asistencia de López Silva.

3-1 (90') Borja García culmina una contra con centro final de Dubarbier desde la izquierda.

EL ARBITRO

AMOEDO CHAS (C. Gallego)

Nueva 'vedette' en el coliseo blanquiverde que consiguió 'triunfar'. Un disparate asistido en bandas por dos incongruencias. Expulsó a David Prieto (49') y al azulgrana Corona (57'). Amonestó por parte visitante a Sastre (18'), Rivas (54'), Luis García (58'), Camacho (65') y Tariq (82').