Iñaki Rueda, un ingeniero madrileño de 35 años curtido en Jordan y Lotus, debutaba este fin de semana como jefe de estrategia en Maranello. Comanda un grupo de 12 ingenieros que tras innumerables cálculos proponen las estrategias en Ferrari. Toni Cuquerella, valenciano, de 42, que pasó por Seat en ralis y por Super Aguri, BMW y HRT en F-1, es quien finalmente decide en el muro. Era su segundo fin de semana en la Scuderia. Entre ambos trazaron un plan ganador que llevó a Sebastian Vettel a la victoria en el Gran Premio de Malasia, la primera del alemán vestido de rojo. "¡Ferrari ha vuelto!", gritó el tetracampeón al cruzar la bandera a cuadros.

Volvieron los coches rojos a lo más alto del podio desde el triunfo de Fernando Alonso en Barcelona en el 2013, y lo hicieron gracias a su acierto en el muro, a la solidez de Vettel, pero también a los fallos en la toma de decisiones de Mercedes.

"Es verdad que el calor nos beneficia. Por las características de nuestro coche, nuestros neumáticos sufren menos que el resto", explica Cuquerella. En los ensayos del viernes ya vieron que podían "ir a dos paradas y que el neumático más eficiente era el medio", resume el valenciano, ayudante de James Allison. "Cuando vimos que Mercedes utilizaba el medio en la Q-1 supimos que iban a tres paradas. Lo hicieron para reservar los tres juegos de duros, y eso solo se hace si tienes pensado ir a tres".

Y, en efecto. Mercedes no varió su estrategia, incluso cuando las condiciones invitaban a cambiar los planes. Cuando el coche de seguridad entró en pista en la vuelta tres, los Mercedes se apresuraron a entrar en boxes para cambiar las ruedas. "Les pilló justo en un momento de duda si tenían pensado entrar en la 7 como suponíamos. Y ahí lo vimos claro".

Rosberg tuvo que esperar por Hamilton en el box, y ambos salieron en mitad del tráfico, estrenando y castigando sus ruedas teniendo que adelantar. Y cuando, por fin, pudieron llegar a situarse segundo y tercero, volvieron a errar. A Rosberg le colocaron el neumático blando porque se estaba mostrando más rápido. Con Hamilton, prefirieron el duro, lo que cabreó al inglés. "¿Por qué me habéis puesto el duro?", se quejó dos veces, y eso por no hablar de las órdenes contradictorias que recibía de Paddy Lowe, su director técnico, y, por otro, de su ingeniero.

Mientras, con aire limpio desde la vuelta cuatro como líder de la carrera, Vettel gestionó la prueba como más le gusta. "En Maranello dicen que es muy parecido en la forma de trabajar a Michael Schumacher. Yo puedo decir que es un gran trabajador, incansable en las reuniones, pero muy constructivo. Y, sobre todo, muy preciso en lo que siente, en lo que quiere, en cómo mejorar el coche, lo que ayuda mucho a todo el equipo a buscar la dirección correcta para avanzar", desvela Cuquerella, que, con todo, es prudente. "Mercedes no ha acertado en la estrategia y el calor nos ha beneficiado. Ellos siguen teniendo el mejor coche, nosotros el segundo. Será difícil volver a batirles, aunque estaremos ahí, siempre, esperando más fallos", confirma.

El ingeniero español y muchos miembros del equipo recibieron la felicitación de Alonso, al que le espera un calvario. Apenas pudo completar 20 vueltas antes de que le llamaran a boxes "por un problema de aceite, antes de romper el motor", igual que Button, que también abandonó tras la rotura del motor. Ya lleva dos y solo tiene cuatro para todo el año. McLaren-Honda es un desastre y Alonso intenta llevarlo bien. "Tenemos que pensar que estamos en test invernales".