Después de dos temporadas al frente del márketing y la comunicación del Córdoba, Francisco Jiménez está a punto de partir a México, donde seguirá trabajando en el grupo empresarial de Carlos González.

--Pasará a la historia por la campaña de #lacopamola.

--(Se ríe). Fue una campaña que tuvo una repercusión muy importante. Era nuestro objetivo pero no pensamos que fuese a tener tanta como tuvo. Hubo mucho trabajo y hubo mucha gente volcada.

--En una entrevista reciente, el presidente dijo que no volvería a hacer una campaña como aquella, pero que las circunstancias de entonces lo exigían. ¿Usted se arrepiente?

--No, pero tiene razón el presidente. Son dos momentos muy diferentes. Es muy difícil competir con los grandes clubs, no solo a nivel deportivo, que lo es, sino también a nivel mediático. Los clubs modestos tenemos que agudizar el ingenio para intentar tener presencia en medios que de otra manera no sería posible. Lo justo sería que la competición marcase la atención hacia los clubs, pero no es así.

--¿Qué balance hace de su gestión?

--Eso lo deberían decir los demás. Ha sido una época maravillosa en la que he podido disfrutar del club y de los colores que amo, vivirlo desde dentro y poner todo mi empeño para ayudar al equipo de mi tierra y que consiguiera el tan ansiado ascenso y ahora que se mantenga muchos años.

--¿Volverá?

--No me desvinculo. En México tiene el presidente su grupo de empresas, como lo es el Córdoba, y por tanto sigo estando en la casa. Pero desde la distancia, en todo lo que pueda ayudar lo seguiré haciendo. Además, las personas que me relevan me dejan la tranquilidad de que se queda en las mejores manos.

--¿Qué hará en México?

--Voy de director del grupo de empresas y con la intención de contribuir a su expansión, que tan difícil es en estos momentos. Quiero agradecerle al presidente la apuesta que hace por mí en esta aventura y que trataré de responder con mi empeño a su confianza.

--¿Por qué hay tantas críticas a las políticas de comunicación del club?

--Un club de fútbol no deja de ser una empresa (SAD, en este caso), pero no se puede ver como una empresa estrictamente. Tiene una dimensión social mucho más grande. Hay un sentimiento, una pasión, una identificación de colores. Todo eso hace que haya un sentimiento de pertenencia y, por suerte, la gente es más exigente. Tenemos un proyecto de mejora continua, pero no solo la política de comunicación, sino en cualquier ámbito. Estamos expuestos a la opinión pública.

--Fácil saber su mejor y peor momento en el Córdoba.

--El ascenso se me queda grabado en el corazón. Los momentos malos... ha habido tensión, pero estás tan metido que al final solo quedan los buenos.