No podía terminar de otra manera una de las mejores finales de Conferencia que se recuerdan. El séptimo partido que resolvió esta igualadísima serie tuvo de todo; remontadas, espectáculo, emoción, tensión y la exhibición de cuatro de los mejores jugadores del planeta básquet. No se borró ninguno, pero acabó sobresaliendo aquel que precisamente aún está por descubrirse si es de este mundo. Stephen Curry, con 36 puntos y 7 triples, marca récord en un séptimo encuentro, resurgió en su mejor versión para derrocar a unos aguerridos Thunder y llevar a sus Warriors a la batalla final por el anillo.

Que las estadísticas en tal dramático escenario suelen favorecer al conjunto local no implica que la empresa sea fácil. Y es que Oklahoma, aún tocado por desperdiciar en casa la oportunidad de sentenciar la eliminatoria en el sexto envite, ofreció todo su arsenal en busca de aguar la fiesta de los californianos. Dominio claro de la primera parte, con especial mención para Russell Westbrook que sumó 14 de sus 19 puntos totales, a los que añadiría 13 asistencias y 7 rebotes. Un dos más uno del eléctrico base colocó el más 8 en el marcador cuando agonizaba el segundo cuarto, pero apareció entonces Curry que con un canastón dejó el 42-48 al descanso y la sensación de que el partido se le iba a hacer largo a los de Billy Donovan.

REMONTADA THUNDER

Esa canasta pareció valer más de dos puntos para unos Warriors que dieron todo un baño a su rival en un extraordinario tercer periodo. El parcial demoledor de 29-12 fue comandado por los hombres reserva de Golden State que hoy sí dieron un paso al frente y acabaron siendo un factor crucial. Con Livingston dirigiendo las operaciones, y Ezeliy Varejao haciendo daño por dentro, los de Steve Kerr lograron una ventaja importante de cara a afrontar con garantías el último periodo (71-60).

Y ahí se desató el espectáculo. Oklahoma tiró de casta para remontar liderados por un excelso Kevin Durant, que finalizó el choque con 27 puntos y 7 rebotes, y el buen hacer de Serge Ibaka (16 tantos). A falta de 80 segundos para el bocinazo, el 90-86 auguraba un desenlace no apto para cardíacos. Pero la reaparición del mejor Curry, que aportó 15 puntos en este último parcial, y el acierto de Klay Thompson, letal desde el perímetro con 6 triples para 21 puntos finales, acabaron por decantar la balanza cuando más apretaban los nervios. Golden State pudo celebrar con los suyos su octavo título de Conferencia, tras convertirse en el décimo equipo de la historia en levantar un 3-1 en contra en una eliminatoria de fase final. Era el más difícil todavía para un equipo hecho para romper récords. El próximo, repetir por vez primera título de campeón. El rival, el mismo del año pasado. Esperan los Cavaliers de Lebron.