La Vuelta ha vivido este martes la primera de las dos jornadas de descanso. Aunque reposo, lo que se dice reposo, no ha habido mucho, puesto que buena parte de los equipos llegó a medianoche del lunes después de un traslado de cinco horas desde Castelló de la Plana, donde finalizó el lunes la décima etapa de la prueba.

Algunos corredores, sin embargo, para poder descansar más tiempo, decidieron alquilar un helicóptero para llegar a Andorra desde Castelló en poco más de una hora. Fue el caso de Purito Rodríguez, que convenció a otros cuatro compañeros del Katusha. Entre los cinco pagaron el viaje de su propio bolsillo.

El Sky, en cambio, oficializó el vuelo en helicóptero desde Castelló. Pero como salió después del Katusha y el tiempo cambió fueron obligados a aterrizar en el aeropuerto de Reus y tuvieron que realizar el resto del viaje en autobús con lo que no ganaron mucho tiempo.

La 11ª etapa que se corre este miércoles esconde seis puertos de montaña y discurre exclusivamente por territorio andorrano por primera vez en una carrera ciclista profesional. El diseño ha correspondido a Purito Rodríguez. La etapa sirve de base a la que preparará el Tour el próximo año como destino de la principal jornada por los Pirineos. Los ciclistas están asustados por la dureza que esconden los puertos de Andorra: Beixalis (primera categoría), Ordino (primera), La Rabassa (primera), La Gallina (categoría especial), La Comella (segunda) y Els Cortals d’Encamp (primera y meta).