El entrenador del Córdoba, José Ramón Sandoval, compareció en sala de prensa visiblemente aliviado, tras una victoria de las que infunde moral. Sin embargo, pronto se puso serio, ya que antes de empezar quiso dedicar los tres puntos «a la familia de Hugo», un niño cordobés que se encuentra en coma tras caer a una piscina, «y del que el padre nos habló en el vestuario, nos dio una lección de lucha y de pelea por la vida». Tras este emotivo mensaje, Sandoval destacó que en la primera parte «el Córdoba no mereció irse por detrás en el marcador» ya que, de hecho, «Pawel en la primera parte no fue protagonista cortando el juego ofensivo del rival».

Tras el mazazo que supuso el gol blanquivioleta en la última jugada del primer tiempo, el míster cordobesista aseguró que sus jugadores salieron «muy bien» al campo, apoyados por Kieszek que, «una vez más, demuestra que es importante en este equipo. En el penalti que paró nos dio un poco de oxígeno». Para el técnico madrileño, el momento que lo cambió todo fue precisamente ese, el penalti atajado por el guardameta polaco, al que siguió la jugada de la expulsión de Luismi y posterior tangana. «A partir de ahí el equipo creyó, la gente nos llevó en volandas e hicimos todo lo posible para que el Valladolid diese un par de pasitos atrás, y al final lo conseguimos. Más con corazón que con otra cosa, pero lo más importante son los tres puntos y ver a la gente emocionada, ya llueve un poquito menos pero hay que seguir, esto no es nada y hay que ir a por la siguiente victoria», explicó.

Sobre la celebración del gol de Guardiola, en la que se le vió unirse con efusividad a la piña de todos los jugadores, suplentes incluidos, Sandoval explicó que «Yo creo que si no lo celebrábamos así, es que no creemos en esto y no tendríamos sangre, nos contagiamos de la afición». Respecto al análisis de la segunda parte, el entrenador del Córdoba argumentó que «el equipo ha creído y con defensa de tres yendo a por todas llegó el mensaje a la gente. El primer gol no llegó muy tarde y creímos en la remontada. Intentamos llevar el balón por banda, en alguna jugada nos precipitamos pero era una cosa nueva para nosotros en esta temporada». Finalmente, sobre el papel de Narváez, añadió que tuvo que salir antes de lo previsto por el marcador adverso, aunque pese a sus problemas físicos, «cuando cogía el balón se paraba el tiempo, se creaban jugadas peligrosas». Y ahora, «a pensar en el Alcorcón, que aún no hemos hecho nada», acabó Sandoval.

Guardiola, la cara de la felicidad

Lo habitual hasta ayer era que Guardiola marcase pero que el equipo se fuese de vacío. Por eso, la cara del delantero jumillano en zona mixta era de felicidad. Sergi aseguró estar «contento» por haber vuelto a marcar en Liga, pero apeló a la actuación colectiva: «Necesitábamos esta victoria, y qué mejor que hacerlo remontando como nos hacían a nosotros».

Edu Ramos, con la suerte de cara

El pivote malagueño del Córdoba destacó tras el partido que «ya era hora de que nos acompañara un poco la suerte», en referencia al penalti fallado por Gianniotas y la posterior expulsión de Luismi. Sobre la victoria, Edu Ramos aseguró que «tuvimos mucha tranquilidad en el vestuario tras su gol, y con un jugador menos hemos insistido hasta lograr la victoria».

Sampedro reconoce la roja

El técnico del Valladolid, Luis César Sampedro, reconoció en rueda de prensa que la expulsión señalada a Luismi por una entrada sobre Fernández fue «clara», aunque destacó que en la tangana «hubo un cabezazo de Aythami a Luismi justo después». Se explayó el técnico visitante sobre ese «minuto fatídico», que llevó a una derrota «muy dura» para su club.