España deberá estar al menos un año en el purgatorio. El equipo femenino no pudo mantenerse en la máxima categoría de la Copa Federación, el Grupo Mundial I, y en el 2015 luchará por incorporarse de nuevo al colectivo de los ocho mejores países, como ya hizo con éxito en el 2013. Aquel ascenso ante Japón ha durado poco. La derrota de febrero en Sevilla ante la República Checa obligó al conjunto de Conchita Martínez a luchar por la permanencia ante Polonia. Pese a contar con el factor pista a favor, la eliminatoria en Valle de Hebrón se decantó a favor de las polacas en el último punto, el de dobles, como ya había sucedido en Sevilla (2-3). Habrá que mejorar en el futuro en ese apartado y, también, en el compromiso de las mejores jugadoras del país. España las necesitará a todas si quiere volver al Grupo Mundial.

La ausencia de Carla Suárez, que priorizó su calendario personal tras aportar dos puntos en Sevilla, fue decisiva en la derrota de este fin de semana, lo mismo que la eterna indecisión de la promesa Garbiñe Muguruza en jugar bien por España (país de su padre), bien por Venezuela (tierra de su madre).

La presencia de la número 3 del mundo, Agnieszka Radwanska, fue decisiva en la victoria polaca. La mayor de las hermanas Radwanska aportó los tres puntos y situó a Polonia entre las mejores tras 20 años de purgatorio.