La selección española femenina de balonmano disputará, seis años después de colgarse la plata en el Europeo de Macedonia, su segunda final continental, tras imponerse en semifinales por 18-19 a Montenegro, la vigente campeona, gracias a una nueva lección defensiva.

Liderada por una majestuosa Silvia Navarro, que cerró el choque con un espectacular 50 por ciento de paradas, tras atajar un total de dieciocho balones, la defensa sostuvo a un equipo español que coqueteó con el desastre en el segundo tiempo, tras una magnifica primera mitad.

Pero si en ataque -6 goles en los segundos 30 minutos- España se desplomó, en defensa, las de Jorge Dueñas mantuvieron la misma intensidad que les permitió desnudar en la primera mitad todas las carencias de las balcánicas.

Toda una lección defensiva, en la que España a base de movilidad y coordinación, no solo consiguió entorpecer los lanzamientos de larga distancia, la principal arma de las montenegrinas, sino evitar, además, la conexiones con la jugadoras de segunda línea. Un trabajo en el que destacó la actuación de la lateral Alexandrina Barbosa, que lució velocidad de piernas para anticiparse continuamente a las trayectorias de las cañoneras balcánicas, que presionadas bajaron notablemente su efectividad.

La gran defensa española dejó a toda una campeona de Europa y subcampeona olímpica como Montenegro en tan sólo dos goles (2-6) superado el ecuador de la primera mitad.

España, que llegó a ganar por 7 goles en la primera parte (11--4), solo sufrió en el tramo final cuando las montenegrinas se acercaron a un gol (17--18).