Venía la semana cargada con las guerras internas de McLaren, con trabajadores que aseguran cobrar las horas extras en chocolatinas, con un exjefe, Martín Whitmarsh, queriendo volver para poner orden, con el uno de los jefes actuales, Eric Boullier, defendiendo su silla con vehemencia, pero la clasificación del GP de Francia no ha hecho más que confirmar la profunda crisis en la que se ha sumido McLaren. Ninguno de los dos coches pasó de la Q-1, algo que no sucedía desde el GP de Azerbayán de la temporada pasada, cuando el equipo inglés echaba la culpa de todo al motor Honda.

Gran desastre de McLaren

Fernando Alonso abandonó por avería en las dos últimas carrera de Mónaco y Canadá, y aquí, en el Paul Ricard, el antiguo circuito de Castellet que no acogía la F-1 desde 1990, no tiene esperanzas de casi nada. Tampoco encuentra ya muchas justificaciones para defender al equipo dos días después de decir que si McLaren no hace un coche competitivo para el año próximo “habrá que mirar otras opciones”. De momento justifica la peor clasificación en año y medio con el potencial del coche. “Es lo que hay”, asegura después de completar una excelente vuelta sin error alguno, dos décimas más rápido que su compañero Stoffel Vandoorme. Y por ahí encuentra alguna satisfacción el reciente campeón de las 24 Horas de Le Mans.

“Era la primera vez que yo corría en este circuito, no lo conocía, mientras que mi compañero ha ganado aquí ya varias carreras. Este año vamos 8-0 en clasificaciones, y en esta parrilla, solo lo hace el campeón de la GP2 y la GP3”, asegura Alonso en referencia a Charles Lecrerc, que con un Sauber se metió en la Q-3. Solo le queda a Alonso defender y mostrar su talento en mitad de la tormenta que arrecia sobre McLaren. “En medio de todo este desastre, soy séptimo en el mundial. Algo bien haremos”.

Sin dinero para evolucionar el coche

Puede que no sea completamente exacto que los trabajadores de Woking cobren sus horas extraordinarias en chocolatinas, puede que se trate de una exageración de los más descontentos, pero todo el mundo sabe que, por ejemplo, durante los test de Barcelona en invierno eran los únicos que no comían en el el paddock. Mientras los mecánicos e ingenieros de otros equipos disfrutaban de comida en el hospitality correspondiente, la tropa de McLaren comía un sandwich en el box. El problema de McLaren es de dinero, y el cambio de Honda a Renault, no ha hecho sino agravar esa situación. Y sin dinero, poco o nada se puede hacer en F-1.

Lejos de esas penurias, los Mercedes dominaron la clasificación con Lewis Hamilton y Valteri Bottas, una nueva pole para el inglés, que debería aprovechar para poner tierra de por medio en carrera cobre Sebastian Vettel que se colocó a un solo punto en el mundial tras su última victoria en Canadá. Es el Gran Premio de Francia —aunque la crono se retrasó una hora por que Inglaterra jugaba en el Mundial de Fútbol— la casa de Renault, el escenario perfecto para que el madrileño batiera con holgura a su compañero para atrapar una fenomenal séptima posición