POSITIVO

La vida, con Pawel, se vive mejor

Indudablemente, Pawel Kieszek se ha ganado un hueco entre los tres o cuatro jugadores más destacados de lo que se lleva de temporada, si no el que más. El polaco introdujo dudas con el gol olímpico de Góngora en Murcia y con su actuación ante el Lugo, pero lo cierto es que tanto en el partido inaugural como en los últimos cuatro o cinco se ha erigido en baluarte de un equipo que no destaca, precisamente, por tener una defensa contundente o cerrada. Así, al menos cuatro de los 17 puntos del equipo llevan su nombre.

Luso sostiene en los peores momentos

El maño ha ido agrandándose en las dos últimas temporadas y, vistos los problemas defensivos del equipo, su participación se antoja fundamental para mantener un mínimo de contención en la medular. Para colmo intenta cubrir otras carencias de este Córdoba que tienen que ver mucho con el manejo de balón en el centro del campo, aunque no sea su cometido y, en ocasiones -en función de las limitaciones del rival en esa misma zona-, hasta lo logra. No ocurrió en Elche, pero fue, junto al polaco, de lo poco salvable.

¿Piovaccari con Rodri Ríos?

El italiano debutó como goleador en Liga y confirmó lo que ya se sabía de él: mucho físico, problemas para los centrales rivales y una buena capacidad rematadora, para moverse en área con criterio. La pena es que esto último no puede mostrarlo en exceso al no tener un equipo con manejo de balón en la medular y con clara llegada. Muchos se imaginan -nos imaginamos- al italiano aprovechando los movimientos de Rodri tras él y los pases de éste. Se antoja casi imposible.

NEGATIVO

Peores números que hace un año

El Córdoba de la pasada temporada era líder, con 22 puntos, cinco más de los que lleva actualmente. Defensivamente, en cuanto a números, va parejo a aquél: 12 goles encajados entonces, 11 en esta temporada. Había anotado 15 goles y el actual lleva 12. La tendencia y sensaciones que transmite el equipo desde el principio siguen confirmándose: no tiene la capacidad goleadora que demostraba la pasada temporada -la famosa «pegada»- y defensivamente continúa dejando bastante que desear.

Con Deivid y Cisma, otro aire

Si la línea defensiva, al igual que la pasada temporada, generaba algo más que dudas, las bajas de Deivid y de Cisma no han hecho sino aumentar esas dudas. Y eso que Oltra ha intentado apuntalar algo por la derecha manteniendo a Caro -con mayor perfil defensivo- en detrimento del carrilero Antoñito. Aun así, el exbético está un escalón por debajo, ahora mismo, con respecto a sus primeros encuentros. La llegada de Deivid y Cisma ha de reducir la vía de agua, porque taparla completamente parece bastante complicado.

¿Quién maneja el juego?

Este Córdoba continúa funcionando, como el de la pasada temporada, a base de arreones, pero el de hace un año los traducía en goles gracias a los cuatro de arriba, de los que sólo uno permanece y está en el banquillo. El problema en la medular continúa estando en la pareja de Luso, vuelve a demostrar la misma irregularidad por la derecha que mostraba con Ríos/Nando (ahora Ríos/Donoso) y también el mismo debate en la izquierda con Fidel o Juli como mediapunta. Atrás no hay debate, sólo miedo.