El cambio de entrenador buscando una reacción del equipo y, paralelamente, para intentar tapar los errores de confección de plantillas en verano es un vicio tristemente habitual en el fútbol. A punto de llegarse al ecuador de la competición en Segunda, casi la mitad de los equipos han cambiado de entrenador. Hasta nueve clubs han destituido al jefe del banquillo con el que iniciaron la Liga buscando una mejora en la tabla clasificatoria: Getafe, Alcorcón, Zaragoza, Rayo, Mirandés, Mallorca, UCAM Murcia, Nástic y Córdoba.

En el caso blanquiverde, Carrión dirigió al equipo el pasado sábado ante el Rayo por cuarta vez en Liga. Los nuevos entrenadores del Mirandés (Claudio), del Mallorca (Olaizola), del UCAM Murcia (Francisco) y del Nástic (Juan Merino) aún no han llegado a esa cifra de encuentros y en el resto parece que ha hecho efecto el cambio. Otra cosa es si ese efecto es suficiente para que el equipo en cuestión haya remontado puestos en la tabla. En este último supuesto sólo un entrenador ha confirmado esa reacción en la tabla: José Bordalás. En las primeras cuatro jornadas en el banquillo azulón, el alicantino sumó ocho puntos, con dos victorias y dos empates. Agné (Zaragoza), Baraja (Rayo) y Carrión en el Córdoba han sumado siete puntos en sus primeras cuatro jornadas, aunque el peor balance de goles a favor y en contra lo tiene el técnico blanquiverde, con cinco goles a favor y otros cinco en contra. Agné ha logrado esa mejoría, pero insuficiente para las aspiraciones del Zaragoza. El ex del Tenerife y Girona, entre otros, cogió al equipo en la jornada 12, con 13 puntos y situado en el puesto 15 de la tabla. Nueve jornadas después está en el puesto 11 con 27 puntos. Es decir, en su particular Liga, Agné ha sumado 14 puntos e iría igualado a puntos con los puestos de play-off.

En el caso contrario a la fulgurante resurrección del Getafe y a la suave e insuficiente recuperación del Zaragoza se sitúa el próximo rival copero del Córdoba, el Alcorcón de Julio Velázquez, que en sus primeras cuatro jornadas solo sumó un triunfo y dos empates (cuatro puntos), padeciendo el mismo problema que su antecesor, Cosmin Contra, con la falta de gol, ya que con el salmantino, en esas primeras cuatro jornadas sólo hizo un gol. En las primeras 10 jornadas, los amarillos estaban en descenso. En la Liga particular de Velázquez, éste situaría a su equipo con 14 puntos, en mitad de la tabla. De nuevo, una reacción perceptible, aunque todavía insuficiente para huir de la quema. Y es que no hay magos que arreglen lo roto durante el verano.