El Córdoba se encierra, al menos «hasta nuevo aviso». El club informó ayer de que «los próximos entrenamientos serán a puerta cerrada», una medida que fuentes de la entidad blanquiverde justifican en motivos de «organización, seguridad e infraestructura». Así fue el de ayer y serán el de hoy el de mañana sábado, en la previa del partido ante el Zaragoza.

El club asegura que no dispone del personal suficiente para atender a una demanda irregular de aficionados. «Igual pueden venir 20 que 200», es la máxima que el Córdoba utiliza para explicar la dificultad de prever el grado de atracción pública que concita una sesión del primer equipo.

Incluso lo ilustra con la anécdota del empleado que, debiendo estar encargado de pintar la fachada y varias puertas de El Arcángel, tuvo que estar pendiente del control de los accesos en el último entreno realizado en el estadio a puerta abierta. Por tanto, y ante «exigencias de infraestructuras y control de la seguridad» que no pueden cubrirse por falta de personal, la entidad cordobesista ha decidido posponer, hasta nueva orden, las sesiones a puerta abierta en el estadio.

Además, hay que recordar que el césped de la ciudad deportiva se encuentra en mal estado, lo que ha llevado esta semana a multiplicar las sesiones en El Arcángel. Si la situación continuase igual la semana que viene, las oportunidades para la afición de ver en directo las evoluciones de sus jugadores serán muy limitadas.

CIERRE TAMBIÉN PARA LA PRENSA

Pero no solo los hinchas acusarán el cambio. La prensa tampoco podrá ver al completo los entrenamientos en el estadio, solo los 15 minutos de rigor que, según las propias fuentes del club, «exige la Liga de Fútbol Profesional». Preguntado por si, como en ocasiones anteriores, los medios podrán en el futuro acceder a sesiones completas, la respuesta del club es la duda y la espera. Ahora no, aunque no se descarta en el futuro.

Aunque el Córdoba no alude a ningún motivo deportivo o social, la realidad es que en uno de los últimos entrenamientos en el estadio a puerta abierta, el realizado el miércoles 23 de agosto, pocos días después de la derrota ante el Cádiz, se escucharon pitos entre los en torno a 50 aficionados presentes en las gradas. Carrión, que charló de buen tono con la mayoría de ellos, al finalizar la sesión, se molestó de forma evidente por esas muestras aisladas de discordancia, y ya dejó caer la posibilidad de que en el futuro se cerrasen las puertas.

En las últimas temporadas esta medida no ha sido desconocida. Tanto con Oltra como con Carrión, especialmente en momentos delicados, el Córdoba optó por cerrarse a la afición y a la prensa para mejorar las dinámicas de grupo, dar menos pistas al rival y evitar disonancias con la masa social. Solo el tiempo podrá calibrar hasta qué punto «volvemos al pasado» o solo es una medida temporal.