Andrea Dovizioso (Forli, Italia, 23 de marzo de 1986) es el modelo a seguir. Todo un ejemplo. Ducati fichó, a golpe de talonario, a Jorge Lorenzo y el que gana es él. Pero 'Dovi' es feliz y uno de los firmes candidatos al título grande. "Si le pagan a Jorge lo que le pagan, es porque se lo merece".

-Cuentan que tiene una manera muy particular de vivir el deporte. No conozco muy bien la manera que tienen los demás de afrontar la competición. Yo solo sé que soy un verdadero apasionado de mi deporte. Yo quiero lograr mi objetivo, el mayor, pero de manera limpia, idea que, en el deporte de élite, no solo en las motos, me temo que comparten muy pocos, incluso muy pocos campeones. Y no lo entiendo. Yo, desde luego, no pienso romper mis principios por ganar este título mundial.

-Es decir, no está dispuesto a hacer cualquier cosa para ganar. Jamás, pero por principios, por lo que me han enseñado, por cómo me han educado, por mi carácter y personalidad. Fuera de mi pasión, no pienso hacer nada para ganar.

-Es como Spiderman: alguien normal, que hace cosas extraordinarias. Exacto (risas). No entiendo a aquellos deportistas que se creen héroes o especiales. Somos como cualquier otra persona. Ese puede que sea el mayor error que puede cometer un campeón: creerse un héroe porque gana. A veces pienso que a los aficionados les gusta que los campeones sean chulos, superiores, cracks. La mayoría de deportistas se sienten superhéroes y eso no tiene sentido. Yo soy como usted: usted escribe y yo corro en moto. No hay mayor error en la vida que creerte superior a los demás, aunque seas el mejor, el mayor campeón en lo tuyo.

-Hay quien dice que a usted le falta el instinto asesino de los campeones. Hay muchos caminos para conseguir el objetivo que te propones. Uno de ellos puede que sea, sí, comportandote con instinto asesino. Eso no va conmigo. Volvemos a lo de la chulería: si ganas siendo altivo, un chulo, parece que eres más campeón o que la gente tenderá a admirarte más. Yo no comulgo con esa idea. Es más, la detesto. Si en algo tienes que ser implacable, todo un campeón, es con tus principios, no con la manera de ganar o conquistar tus objetivos.

-Está en un deporte complicado para mantener esos principios. Cierto, sí, muy cierto, por eso mi carrera ha sido tan dura, por eso estoy tan orgulloso de ella. Y, mire, aquí estoy, en un gran equipo, en Ducati, peleando por el título mundial con el que he soñado desde niño. Hay gente que piensa que si tú eres un piloto tranquilo, mentalmente fuerte, nada escandaloso, con un comportamiento sensato y limpio dentro y fuera de la pista, tal vez no puedas ser campeón porque te falte eso, el instinto asesino que tanto se valora en el deporte de élite. Pues bien, yo estoy aquí, peleando por el título con los mejores, lo que, sin duda, significa que poseo esa pasión interior, esa fuerza, que me permite mantener ese pulso con otros campeones. Lo que ocurre es que no lo pregono a los mil vientos, nadie me lo nota.

-¿Se ve ganando el título grande? Podemos ganar este título, sí. Tenemos opciones. ¿Pocas, muchas, todas? Dependerá de cómo juguemos nuestras cartas. Creo que es un error analizar las motos como el fútbol, es decir, valorando únicamente los dos últimos partidos: Alemania y República Checa. Pensando así, Marc ya sería campeón y hasta él sabe que le va a costar muchísimo serlo.

-¿Qué piensa de sus rivales? Marc es muy competitivo, su Honda ha mejorado y esa pareja es la bomba. Viñales sabe que este Mundial se le puso de cara desde el inicio y no querrá perderlo. Valentino quiere, a toda costa, su 10º Mundial. A Dani (Pedrosa) es el único título que le falta y nosotros tenemos tanta, tanta, hambre que vamos a pelearlo hasta el final. Será un final apasionante.