El tiempo comienza a acuciar. Cuesta cuadrar los números. Se hacen cábalas, se confía en un resultado en tal jornada o con derrotas de rivales en tales campos. Pero lo que es ineludible es que se tiene que seguir sumando, que para estar una temporada más en Segunda División hay que llegar a los cuarenta y muchos. Quizás a los 50. Por lo tanto, a este Córdoba le quedan una docena de puntos que conseguir, cuatro victorias o tres y muchos empates.

El Arcángel se ha convertido en talismán para el Córdoba, nunca mejor aplicado el calificativo al coliseo ribereño. Aquel triunfo en el descuento ante el Alcorcón, el gol de Markovic, también en la última jugada, ante el Zaragoza, más la increíble chilena de Rodas a poco del final ante el Elche han significado seis puntos extra que serán difíciles de olvidar. Los blanquiverdes han resurgido en casa, aunque sea de aquella manera, al sumar 10 de los últimos 12 puntos en disputa para mantenerse fuera de la zona roja aunque sea por poco. Por muy poco. Tanto, que el triunfo continúa siendo ineludible para este Córdoba con el gancho hundido en su mandíbula y achuchado por los resultados. Los propios y los ajenos.

Hay que centrarse en los primeros, ya que el equipo de Carrión lleva desde diciembre sin puntuar lejos de El Arcángel. El que fuera cuarto mejor visitante de la categoría poco antes de las navidades ha dado un vuelco lejos de casa semejante al positivo que ha dado ante su parroquia. Media docena de derrotas consecutivas a las que hay que poner fin hoy mismo, porque los demás están en la misma pelea y varios de ellos siguen puntuando.

Tendrá enfrente a un Valladolid que está inmerso en una racha negativa. Quizás no tanto como la que sufrió el blanquiverde, que se tiró cinco meses y medio sin ganar en El Arcángel. Pero los de Paco Herrera tendrán que cambiar mucho en el José Zorrilla si quieren aspirar a disputar las eliminatorias de ascenso a Primera, algo que por ahora parece sólo un sueño. El conjunto blanquivioleta lleva tres meses sin ganar ante los suyos y hoy tendrán una buena oportunidad. No sólo por la racha del Córdoba, sino porque disponen de toda su plantilla.

Espinoza entró en su primera convocatoria y Herrera ha alabado al nuevo jugador ante la prensa, asegurando que puede dar mucho al equipo. Además, el técnico catalán podrá disponer de su máximo goleador, Juan Villar, que en apenas seis días ha pasado de no estar disponible en varios meses a entrar en la convocatoria. El de Cortegana ha anotado cuatro goles en los tres últimos encuentros de los blanquivioletas y es fijo para Herrera, al igual que José Arnáiz, con ocho tantos y cuatro asistencias. Si el Valladolid tiene a todos disponibles y sus descartes son todos técnicos, el Córdoba vive en un momento muy diferente.

A las bajas de Cisma, Piovaccari, Bijimine, Juli y Caballero se unió ayer en el último momento la de Bíttolo, que no viajó con el equipo al estar su mujer de parto, por lo que entró Bergdich para completar una lista en la que también estaba Quiles, sustituto natural del filial para Piovaccari.

Podría volver Carrión a la defensa de tres centrales y dos carrileros vista la configuración de esa convocatoria, con la inclusión de nuevo de Antoñito, aunque la entrada del marroquí podría no significar nada para el inicio, ya que Caro puede actuar en el lateral zurdo. Lo que variará poco será el resto del equipo, sobre todo en el centro del campo y en la delantera, ya que en punta estará el único que hay: Rodri.

A priori, una buena ocasión para regresar al antiguo sistema, con Luso en la lista más la recuperación de Deivid, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades que está pasando el rival en el José Zorrilla más las dudas defensivas que le han llegado últimamente, con nueve goles encajados en los últimos cinco encuentros.

A pesar de todo, el Valladolid no quiere renunciar a su lucha por las eliminatorias de ascenso. El Córdoba quiere seguir en Segunda una temporada más. Dos carreras se cruzan hoy.